¡Por fin llegó la primavera!

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¡Por fin llegó la primavera!

Estamos en Primavera, antesala del estío. Época en que empezamos a vislumbrar los días de ocio que llegarán con el buen tiempo.

La Primavera es la línea de salida, donde se colocan la ilusión, el buen humor, las ganas de enamorarse, de sentir el sol en la piel y mostrarse ante los demás con frescura.

Todo parece más bonito en Primavera. No en vano, no hay poeta, que se precie, que no haya escrito alguna estrofa a la Primavera. Es la metáfora por excelencia de la vida, del resurgir, del despertar, de la belleza, de la juventud… del amor.

Vuelve irremediablemente la Primavera, como Bécquer decía que «volverían las tupidas madreselvas de tu jardín las tapias a escalar».

Vuelve la Primavera y Martí sentenciaba que con ella «viene una ansiedad de pájaro que quiere volar». Irrumpe de nuevo la Primavera inspiradora; una Primavera romántica, como la de Machado, que «besaba suavemente la arboleda», una Primavera optimista, como la de Mistral, que «es de aliento fecundo y se ríe de todas las penas del mundo».

Una Primavera misteriosa, como la de Lorca, que se justificaba impotente: «No puedo decirte, aunque quisiera, el secreto de la Primavera». Vuelve una Primavera llena de anhelo, como la que inspiró a Guillén: «Quisiera hacer un verso evocador que tuviera toda la fragancia de la Primavera».

Vuelve la Primavera, aunque sea defectuosa, como la de Benedetti, que tiene una esquina rota. Vuelve la Primavera y debemos estar atentos para disfrutarla, olerla y sentirla desde un romanticismo apesadumbrado o desde una exhalación optimista; esto será lo de menos. Lo importante es no olvidarnos de que caduca y sería muy triste permanecer impasible ante este revuelo, que se levanta a nuestro alrededor.

Salgamos a la calle con nuestros sentidos afilados. Inspirémonos con sus olores. Contemplemos su colorido. Escuchemos su canción. Vivamos su explosión.
¡Por fin, llegó la Primavera!

Autor: Mayte Pozo
Escritora

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