Elena Felipe Pérez: «El voluntariado es una expresión del compromiso social y Acufade es compromiso social»

Acufade reclama un sistema de protección al cuidado y la dignificación y dotación de recursos para las personas que deciden cuidar a sus familiares.

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Elena Felipe Pérez, directora de ACUFADE Foto: Rubén De Cándido
Elena Felipe Pérez, directora de ACUFADE Foto: Rubén De Cándido

En el Archipiélago, de cada diez personas que cuidan a una persona dependiente ocho son mujeres. La media de edad ronda los 50 años y, según el I Estudio sobre Cuidadoras familiares en Canarias, lo hacen “por obligación” y sin apoyo de las Administraciones. Hoy nos introducimos en ACUFADE (Asociación de Cuidadoras/es, Familiares y Amigos/as con Dependencia, Alzheimer y otras Demencias) de la mano de Elena Felipe Pérez, su directora.

Detrás de todo proyecto siempre encontramos a una persona involucrada, en la mayoría de los casos, por motivos personales. Díganos, ¿quién es Elena Felipe? La verdad es que es una pregunta complicada. Si pudiera definirme creo que diría con sinceridad que soy una persona que se ha construido y deconstruido un millar de veces. Creo enormemente en el trabajo comunitario, en los procesos de desarrollo colectivo, en los talentos de la gente, en los cuidados y no me refiero a los profesionales sino aquellos cuidados que revolucionan espacios e inspiran vidas enteras.

He trabajado en la administración pública, he colaborado en muchos proyectos culturales, sociales, de recuperación de la identidad y la artesanía canaria, de gestión y coordinación de equipos multidisciplinares, soy directora de una entidad, soy portavoz de un proyecto común, soy madre, soy hija, soy abuela, soy jefa, soy empleada, soy feminista, soy sujeto político, soy mujer…

Soy y he sido muchas cosas en esta vida, pero en todas esas versiones, siempre he sido yo misma.

Es la directora de Acufade y la cara más visible de esta asociación. ¿Cómo y cuándo nace Acufade? ACUFADE nace hace casi ya 18 años, es mayor de edad. ACUFADE es fruto del éxito, el éxito de un proyecto de coordinación sociosanitaria, el éxito de un sueño compartido. Desde un primer momento decidimos que ese principio de trabajo en red y desarrollo comunitario impreso en nuestros genes, debía seguir siendo el objetivo que debíamos conseguir.

De ese éxito y centradas en esa hoja de ruta nace ACUFADE y hemos ido construyendo la entidad de la hoy hablamos. No presumimos del presente, sino del camino recorrido hasta llegar aquí, de nuestro equipo, del trabajo, del orgullo de habernos construido comunitariamente y siendo las cuidadoras las principales arquitectas de todo esto.

Suponemos que llegar hasta aquí no ha sido un camino fácil. ¿Cuáles han sido las dificultades con las que se han encontrado? Pues de todo tipo y muchas veces… La equidistancia de las administraciones públicas, el ninguneo de las representaciones políticas, el cansancio y decepción por pensar en muchas ocasiones que no llegas al objetivo, e incluso ese sentimiento que nos lleva a pensar a veces si seremos nosotras quienes no hemos llegado a ver que lo que proponemos es una locura, una ridiculez… Pero no lo era, y estamos convencidas de ello. Por eso es importante hacerlo colectivamente, porque nos hemos cuidado las unas a las otras en todo momento y estábamos seguras de estar haciendo lo correcto. El error lo cometieron todas aquellas personas que menospreciaron la fuerza del trabajo en red y la dimensión de movimientos sociales y la organización civil.

Acufade cuenta con un equipo de 160 profesionales y más de 200 personas en voluntariado

A pesar de todo, llevan ya trabajando 17 años. Resumirlos sería un tanto complicado, pero ¿qué destacaría? Mirar hacia atrás me da vértigo. Ya han pasado ya 17 años. De los avatares de aquellos momentos iniciales en los que un grupo de mujeres y un hombre nos sentábamos entorno a la mesa de la sala de reuniones del Centro de Servicios Sociales de La Matanza, a soñar con que un día lograríamos disponer de recursos para cuidar con dignidad, al momento actual han pasado muchas cosas, pero la que sin duda alguna destacaría es el hecho de haber tomado conciencia de que somos y de que lo que reivindicamos es de justicia, el convencimiento de que estamos en el buen camino, de que no estamos solas, que somos muchas, que podemos y debemos luchar por acabar con la esclavitud a la que se somete a las mujeres, por conseguir la corresponsabilidad social en los cuidados, el convencimiento de que debemos pelear porque nuestro ordenamiento jurídico recoja esa Ley que proteja el derecho a elegir cuidar y ser cuidadas con dignidad.

Y por supuesto, estos años nos han permitido la creación y construcción de toda la estructura organizativa de la que disponemos, la consolidación del magnífico equipo humano con el que contamos, que da soporte y permite que continuemos con más fuerza dando pasos hacia lo que consideramos la reparación de una deuda histórica para con las mujeres, responsabilizándonos del peso del cuidado que la humanidad ha precisado.

¿Cuántas personas conforman actualmente Acufade? ACUFADE cuenta con un equipo de 160 personas profesionales, más de 200 personas en voluntariado y por supuesto sin olvidarnos de mi querida familia la Junta Directiva que son esas arquitectas de las que hablábamos antes, las que me han cuidado, sostenido y levantado en cada ocasión que dudábamos del porvenir.

¿Qué papel juega el voluntariado dentro de la asociación? Sin duda, uno de los pilares de Acufade es el voluntariado, forma parte de sus materiales de construcción, siendo las principales embajadoras de este voluntariado las cuidadoras de la Junta Directiva. Durante todos estos años hemos entregado mucho más que tiempo, de manera generosa y altruista a la causa.

El voluntariado es una expresión del compromiso social y Acufade es compromiso social.

¿A cuántas personas atienden? Actualmente atendemos a más de 700 familias en prestación de servicios acreditados y en atención directa de proyectos de acción social a más de 2000 personas. Todo ello sin haber recibido grandes apoyos de la administración, quisiéramos hacer más… Son muchas las personas que han quedado en los márgenes por omisión de la dirección política de turno.La inmensidad de la dependencia está en todo lo que la atraviesa, los cuidados, el impacto de género, el precariado, la salud mental, el sistema sanitario, el sistema público de los servicios sociales, los malestares de género, la equidistancia política, los intereses de la empresa privada sobre la adquisición del servicio público, el presupuesto público, etc.La inmensidad de la dependencia está en todo lo que la atraviesa, los cuidados, el impacto de género, el precariado, la salud mental, el sistema sanitario, el sistema público de los servicios sociales, los malestares de género, la equidistancia política, los intereses de la empresa privada sobre la adquisición del servicio público, el presupuesto público, etc.

la inmensidad de la dependencia está en todo lo que atraviesa: los cuidados, el impacto de género, el precariado, la salud mental, etc

Acufade reclama un sistema de protección al cuidado y la dignificación y dotación de recursos para las personas que deciden cuidar a sus familiares. En este sentido, ¿qué respuestas han obtenido? ¿Les han ofrecido soluciones reales? Nos han ofrecido muchas cosas, proposiciones no de ley, mociones, parches, algún incremento simbólico de las prestaciones en dependencia… Pero esto demuestra que no han entendido nada. A nosotras no se nos puede ofrecer, esto no es una negociación de un paquete acciones que salen a bolsa, no estamos negociando el mercado de valores.

Estamos hablando de los derechos de las personas que cuidan, mayormente mujeres. Estamos hablando de la abolición de la esclavitud de los cuidados. Somos muy conscientes de que una Ley no acaba con el sistema de opresiones, pero sí que podemos empezar a poner encima de la mesa la esclavitud de los cuidados que conocen perfectamente y por la que tratan de negociar todo menos la sujeción de derechos materializados en presupuesto público y a través de una Ley.

Durante los días 3, 4 y 5 de noviembre de 2022 tuvo lugar en la Universidad de la Laguna de Tenerife el I Congreso Internacional sobre Cuidados a cargo de la asociación de cuidadoras ACUFADE. ¿Qué conclusiones se han sacado de este congreso? Primero, que queda mucho trabajo, pero al margen del trabajo queda mucho que recuperar. Recuperar la cordura por ejemplo… ¿De verdad que necesitamos profesionalizar una respuesta a la pregunta de si debemos proteger los cuidados y regular sistemas de protección trabajando desde la corresponsabilidad y la pedagogía? ¿Tenemos que justificarnos para hablar de la esclavitud de los cuidados?

No quiero que se me malinterprete, el congreso ha sido un punto de encuentro extraordinario donde abordar los cuidados en su conjunto y distintos vectores sociales. Estamos muy orgullosas del espacio, las personas invitadas, de la asistencia, del equipo profesional que tenemos y que lo ha hecho posible… Pero no se nos olvida que todo lo hablado debe materializarse y que todas sabemos que ha venido muy bien el silencio de muchas para los privilegios de unos pocos.

Actualmente, Acufade tiene en marcha un buen número de proyectos como Alivia, Amigable con el alzheimer o Tren de la felicidad. Suponemos que todos son necesarios para la atención social que realizan, pero díganos, ¿Cuál o cuáles consideran más necesarios y por qué? No podría elegir… Y te explico por qué. Cada uno de los proyectos que hemos emprendido, no son ocurrencias o proyectos que nos apetezcan, sino que cada uno es un proyecto estudiado y definido para sostener necesidades aparejadas a las personas en situación de dependencia y/o sus entornos de cuidado.

La inmensidad de la dependencia está en todo lo que la atraviesa, los cuidados, el impacto de género, el precariado, la salud mental, el sistema sanitario, el sistema público de los servicios sociales, los malestares de género, la equidistancia política, los intereses de la empresa privada sobre la adquisición del servicio público, el presupuesto público, etc.

Cuando hablamos de dependencia… Hablamos del mundo que han desterrado al subsuelo para no toparse con sus propias desvergüenzas. Cada proyecto es un proceso lento por el que intentamos una y otra vez el salir a la luz y ocupar de una vez por todas el espacio de lo público.

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