Los primos son ese montón de hermanos que viven con otros padres,que están educados distinto y que viven en otra parte. Los primos son esos mejores amigos que crecen contigo y te acompañan durante los mejores momentos de la infancia. Ellos existen en tu vida para jugar, para pelear, para llorar por tonterías y para reír de felicidad… Los primos son esos mejores amigos que siempre están sin que tengas que salir al mundo a buscarte amigos.

 

Los primos son ese equipo amorfo y desparejo que se arma en dos minutos para jugar a cualquier cosa, mientras un montón de tíos, abuelos y padres se babean buscándonos el parecido genealógico entre los unos y los otros. A veces los primos desaparecen de tus aventuras, de un día para el otro, sin motivo y sin razón, pero por algo que pasó el domingo en familia…y tras algún problemilla en la generación de más arriba…, pero tu y tus primos tratan de no asustarse por las ausencias, porque sienten y sientes que algún día volverán porque…¡somos primos, caramba!

 

Los primos surgieron en las familias y han existido siempre, toda la vida, para ir con ellos de vacaciones, para encontrarse un domingo en su casa, en la nuestra o en la de los abuelos; para descubrir el cine o para cuidarte en una verbena. También han sido primordiales e imprescindibles desde pequeños y hasta la adolescencia (no incluida) para “heredar” ropa usada pero única por su olor a primo. En algunos casos puntuales, los primos han venido bien a las madres y a las tías, aconsejadas por los “médicos de familia” para contagiarnos a propósito de enfermedades que si te pescan de mayor habrían sido peligrosas peligrosas.

 

Yo tengo primos grandes y pequeños, cercanos y lejanos. Primos hermanos, primos segundos, primos colados y octavos…a estos últimos les perdí el rastro o ni siquiera los conozco (a esos los llamo primos misterio), pero cualquier tarde de verano o del próximo otoño me pongo a buscarlos, quizás don «Guguel» me ayude a encontrarlos.

 

Hoy, todos los primos somos como una pequeña sociedad particular de afecto y de juegos compartidos…con sueños únicos y diferentes…con familias, hijos, gatos, con perros o pajaritos…con madres, tíos, suegras y abuelos…con vida por delante y con pasado; un pasado lleno de juegos y travesuras, con secretos de familia…con risas y miedos…donde alguna vez fui una prima-princesa y el superhéroe siempre fue el Primo Valiente.

 

 

 

Por: Ana de Juan

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