Muchos pacientes acuden a mi consulta con el deseo de mejorar el aspecto de sus cicatrices. Estas cicatrices se han producido como consecuencia de traumatismos de distinto origen, tales como accidentes, quemaduras, enfermedades o intervenciones quirúrgicas, incluidas las de cirugía estética.

Con una superficie de 1,5 a 2 m2, la piel es el órgano más grande del ser humano y más de un 30% de la población presenta algún tipo de cicatriz.

La cicatrización de una herida es un proceso que implica tres etapas: la inflamatoria (en la cual aumenta la vascularización y se forma la costra en la superficie), proliferativa (comienza a acumularse el colágeno y la fibrina para dar lugar a la regeneración del tejido) y remodelación (se inicia al mes de producirse la herida y finaliza un año después; se reabsorbe el colágeno por completo). La cicatrización estará en estrecha vinculación con la edad, la gravedad de la herida y los hábitos alimenticios del paciente.

La cicatriz tiende a tener aspecto de tejido grueso, la mayoría de las veces blanquecino, fibroso y con escasa circulación sanguínea. Se forma en el proceso de cicatrización de las heridas y su objetivo es sustituir el tejido corporal original que ha sido dañado. En el mejor de los casos, esta cicatrización se da a nivel del tejido normal circundante, pero, en muchas ocasiones, también aparece encima (formación anómala de la cicatriz, la denominada cicatriz hipertrófica) o debajo (formación insuficiente de la cicatriz, la denominada cicatriz atrófica). También se dan contracturas/cicatrices normotróficas en heridas por quemaduras, que curan en general con contracción del tejido; y en muchos casos deterioran también la funcionalidad de la parte del organismo implicado.

Las cicatrices no solo pueden causar un dolor intenso, por ejemplo, cuando se sitúan en la proximidad de las articulaciones y dificulta su movilidad, sino que también disminuyen la confianza en uno mismo, en tal medida que se puede llegar a precisar ayuda psicológica. A pesar de que no es posible eliminar completamente las cicatrices, se dispone actualmente de métodos eficaces para tratarlas.

Hace ya más de un año que vengo aplicando la Terapia Intersticial, para el tratamiento de todo tipo de cicatrices, tanto recientes como antiguas. Se trata de  una novedosa Terapia proveniente de Japón, indolora y no invasiva; con la que estoy obteniendo magníficos resultados, altamente eficaces, reduciendo y mejorando sustancialmente el aspecto de las cicatrices, de manera que la persona afectada recupere la satisfacción en relación con su propia piel y mejore su autoestima.

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