Tu crema, ¿te nutre o te hidrata?

 

A todas las mujeres, y cada vez más también a los hombres, nos gusta cuidarnos y lucir estupendas. Por eso seguimos unos rituales básicos de belleza como son limpiamos la cara, usar cremas y maquillaje para resaltar nuestros mejores atributos y ocultar los fallos, que también existen!

 

Sin embargo se nos plantea una duda: Pero, ¿conocemos realmente las propiedades y los usos que debemos dar a las cremas que nos aplicamos a diario?

 

Son muchas las ocasiones en las que nos dejamos aconsejar por otras mujeres a la hora de comprar una crema, lo que supone un error garrafal, porque cada persona debería conocer su piel para poder utilizar las cremas adecuadas a ella. En cada crema deberemos buscar aquellas propiedades que cubran las necesidades de nuestra piel. Para ello es necesario distinguir entre cremas nutritivas y cremas hidratantes.

 

Las cremas nutritivas son muy ricas en aquellos componentes que la piel necesita, en particular los lípidos, y suelen ser usadas de manera desacertada como hidratantes cuando realmente están recomendadas solamente para pieles secas y/o maduras, ya que si la usamos en una piel grasa nos arriesgamos a que el problema aumente.

 

Estas cremas deben aplicarse por la noche, ya que es cuando la piel está más receptiva, por lo que la absorción será mayor y la piel se encontrará perfecta al despertar.

 

Ten en cuenta que algunos tipos de pieles secas, por usar durante muchos días seguidos estos tipos de cremas suelen tener un cambio en la piel y encontrársela más grasa, por lo que es recomendable dejarla durante un tiempo. Lo mejor es aplicarla de vez en cuando como aporte nutritivo, pero no ponérsela rutinariamente todos los días.

 

En cambio las cremas hidratantes se usan sólo para hidratar, o lo que es lo mismo, para aportar a la piel aquellos componentes y el agua que necesita para poder recuperar las pérdidas, así como curar los posibles daños que hayan podido ser provocados por factores medioambientales.

 

Debemos aplicarla siempre de día procurando que tenga factor solar o, en su defecto, aplicar un factor solar primero, una vez absorbido nos pondremos la hidratante. Al usarla de día, además de hidratar conseguimos proteger de manera más efectiva nuestra piel.

 

También debemos tener en cuenta que cada tipo de piel necesita una crema hidratante diferente. Las pieles grasas necesitarán una crema que sea a la vez hidratante y astringente, con ello conseguiremos que luzca perfecta y evitaremos que se produzcan brillos o grasa.

 

Recuerda siempre escoger la crema que más se adapte a tus necesidades en cada momento y aplicarla de manera correcta.

 

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