Envuelta en la polémica, la píldora rosa llega dispuesta a despertar el apetito sexual de muchas mujeres.

La polémica está servida. Estados Unidos ya ha aprobado la Flibanserina, un nombre que te dejaría igual si no fuera por su pseudónimo: viagra femenina. Sí, estamos hablando de esa píldora teñida de rosa dispuesta a despertar el apetito sexual de muchas mujeres.

Pero si eres de las desganadas, espera, ¡no des saltos de alegría antes de tiempo! Esta pastillita no será la solución mágica para esas noches que por estrés o cansancio inventas cualquier excusa para no tener sexo.

Este medicamento solo se recetará a mujeres premenopáusicas, es decir más mayores, que sufren el denominado trastorno del deseo sexual hipoactivo (TDSH). Mujeres con la líbido por los suelos y que por ello sufren ansiedad o tristeza.

Con esta píldora se pretende despertar ese deseo perdido, pero lejos del sentido de la pastilla azul que hace años revolucionó la vida sexual de los hombres. Una es psicológica y la otra, física. Mientras la viagra rosa actúa directamente en algunos químicos del cerebro, la masculina lo hace en el flujo sanguíneo para provocar la erección.

Y te preguntarás ¿cuál es la polémica? Pues como suele suceder con estos casos, los efectos secundarios son los que están en el punto de mira y los que han provocado batallones de críticos. Hablamos de posibles desmayos, náuseas, disminución de la presión arterial y sueño. Efectos que se potencian si se consume alcohol.

De momento, la viagra femenina sólo estará disponible en las farmacias norteamericanas a partir de octubre y no sabemos si con el mismo éxito que ha cosechado la pastilla azul. Pero por lo menos, su comercialización ya ha acabado con la barrera del 26-0. Por que sí, hasta la fecha los hombres podían encontrar hasta 26 fármacos de este tipo mientras que las mujeres no tenían ninguno.

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