Poco antes de las vacaciones seguro que la mayoría de nosotras llegamos a ese punto en el que alguna vez dijimos: “no puedo más”, “estoy agotada”, “necesito desconectar” o “necesito unos días de descanso”.

Después de semanas de trabajo y obligaciones por fin hemos dispuesto de esos merecidos días para viajar, dedicarnos a la familia, a los amigos, o hacer simplemente lo que nos apetecía. También puede haber ocurrido que las expectativas de descanso fueran muy elevadas y no se hayan cumplido, que nos hubiéramos propuesto tareas que no hemos llevado a cabo y nos sintamos algo defraudadas, o que las obligaciones familiares que a menudo acompañan las vacaciones nos hayan sobrepasado y nos sintamos con menos energía de la que necesitamos para enfrentar el “nuevo curso”.

Sea como sea, el “inicio de temporada” es un excelente momento para hacer una reflexión que nos sirva de aprendizaje antes de volver de nuevo a la rutina…

¿Qué hace que lleguemos cada año exhaustas a las vacaciones? o ¿Qué hace que haya vuelto tan cansada? o incluso ¿Qué hace que no haya hecho lo que me propuse durante las vacaciones?

La respuesta en todos los casos es la misma: la organización de nuestro tiempo. Si supiéramos organizarlo mejor, definir bien los objetivos y encontrar momentos de descanso y de desconexión, nuestra vida podría mejorar considerablemente, disfrutando de más armonía entre el trabajo y las necesidades personales.

Organiza tu tiempo

Eisenhower, presidente de los Estados Unidos en la década de los 50, disponía de sus propios métodos para hacerlo siendo a la vez más productivo. Su herramienta de gestión del tiempo se ha revelado imprescindible y eficaz tanto en el ámbito profesional como en el personal, y podemos aplicarla de forma muy sencilla. La clave está en saber diferenciar entre lo urgente y lo importante.

Coge una hoja en horizontal. Divídela en 4 rectángulos iguales haciendo dos líneas, una vertical y otra horizontal. Titula los espacios con estas categorías.

1- Urgente e importante: Tareas que harás de inmediato
2- Importante, pero no urgente: Planifica/Decide cuando lo harás
3- Urgente, pero no importante: Tareas que puedes delegar a otras personas
4- Ni importante ni urgente: Tareas que puedes hacer en otro momento

Ahora, ya puedes asignar tus tareas y distribuirlas de este modo. Cuando acabes, revisa lo que has anotado y rectifica lo que consideres. Por último, elige algo que te guste y te motive procurándote a la vez, paz, tranquilidad y bienestar… Si no surge espontáneamente, dedícale unos minutos u horas a definir “tu válvula de escape”, esa actividad que puede proporcionarte el equilibrio necesario para llevar adelante el resto de tu vida: ir al gimnasio, andar, correr, nadar, cocinar, pintar, cantar, bailar, leer, meditar, un curso de escritura… añádela al final de las tareas “urgentes e importantes” y pon entre paréntesis cuánto tiempo le dedicarás cada día o durante la semana.

A partir de ahí, tu organización del tiempo está dispuesta para ponerla en práctica. Tenla siempre a mano. Tacha las tareas que vayas realizando e incluye las que surjan siguiendo el mismo criterio de segmentación.

Actúa con Responsabilidad para conseguir tus objetivos.

Los seres humanos tendemos a buscar excusas para auto-justificarnos por lo que no realizamos. Soñamos que nos gustaría conseguir tal o cual cosa, pero no hacemos nada para lograrlo.

Si te paras a pensar, muchas veces nos entretenemos haciendo cosas que no son importantes para no hacer las que son verdaderamente importantes, desviando así la responsabilidad.

La responsabilidad y el compromiso son los mejores aliados con que contamos para alcanzar nuestros objetivos. Responsabilidad es la habilidad para hacerse cargo de algo. Compromiso es la declaración que acompaña a una promesa a nosotros mismos o a otro, mediante la cual nos comprometemos a llevar a cabo lo que decimos que haremos para conseguir unos resultados determinados. Para cerrar el círculo, es preciso actuar con coherencia. Sin coherencia no hay logros.

Utilizar la herramienta de Eisenhower para clasificar tareas y actividades te ayudará a tomar conciencia del valor que merece cada cosa y a actuar en consecuencia. Cada uno es responsable de sus actos y así de sus resultados.

Cuando estés cansado, descansa

Para no acabar exhaustos y sin energía necesitamos momentos de desconexión y tranquilidad.

Permanece atento a las necesidades de tu cuerpo, siempre te avisa. No te pidas más de lo que puedes dar. Baja tu nivel de auto-exigencia, sólo tienes que hacer las cosas lo mejor que sabes, hacerlas perfectas no es una opción saludable.
Duerme lo necesario. Siete horas de sueño es la cifra indicada para los adultos.
Procura llevar una alimentación equilibrada.
Haz una siesta de 15 minutos, en algunas escuelas chinas ya es una práctica habitual.
Descansa de vez en cuando. Coge un día libre. Da un paseo. Queda con amigos para
tomar algo y compartir buenos momentos.

Si consigues seguir esta guía verás cómo puedes mantener un ritmo saludable siendo a la vez más eficaz y productivo.

Por: Maite Granell Trias
Owner de MGT Coaching. Formadora, Mentora y Coach con PNL experta en comunicación interpersonal, técnicas de presentación y psicología positiva. Coach ACC certificada por ICF Global (International Coaching Federation) y Trainer con Formación Completa en PNL titulada por AEPNL – I Gestalt. Docente y Formadora de Coaching y PNL en carreras universitarias y masters, y conferenciante. Publicista y RRPP con una dilatada carrera de más de 20 años como consultora de Comunicación y Publicidad en agencias multinacionales trabajando para grandes marcas y corporaciones. Debido a su formación multidisciplinar, combina diversas especialidades de coaching: ontológico, sistémico, transformacional y narrativo, con la Programación Neuro-Lingüística (PNL) y la Psicología Positiva.
Si deseas contactar con ella, puedes hacerlo a través de la dirección de correo electrónico:

maite.granell@gmail.com , y seguirla en: www.facebook.com/pages/MGT-Coaching

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