Por todos es conocido el famoso dicho, canario conoce tu tierra, porque muchas veces no apreciamos la belleza de nuestros paisajes. Escápate, redescubre el Archipiélago y su riqueza viva.
Un poco de historia…
Los primeros habitantes denominaron la isla con el nombre de Benahoare. Los auaritas se dedicaban al pastoreo, a la agricultura y a recolectar frutos silvestres. En nuestras excursiones podremos descubrir multitud de yacimientos arqueológicos y grabados rupestres como La Zarza, Belmaco, y Tendal.
La conquista de la isla estuvo dirigida por Alonso Fernández de Lugo y se llevó a cabo entre 1492 y 1493. La historia cuenta que fue una conquista sin resistencia, exceptuando al rey de Taburiente, Tanausú. Defendió La Caldera, hasta que Alonso de Lugo, valiéndose de la traición y del engaño, capturó a Tanausú y fue conducido al igual que otros esclavos a Castilla. Tanausú resistió hasta sus últimos días muriendo de hambre, por una vida sin libertad lejos de su isla.
Única
La Palma, denominada comúnmente como la isla bonita, posee en su lista de atributos: coladas volcánicas que atraviesan bosques frondosos y pequeñas calas de arena negra.
El punto más alto es el Roque de Los Muchachos (2426 metros), donde los conjuntos telescópicos aprovechan la altura y la calidad del cielo. ¡No olvides sacar tu cámara! Y enfoca hacia el Parque Nacional de La Caldera de Taburiente.
La isla, Reserva de la biosfera desde el año 2002, cuenta con más de 1000 kilómetros de senderos señalizados y balizados. Las rutas más visitadas son El Parque Nacional de La Caldera de Taburiente; la ruta de los Volcanes, paseo de contrastes entre el verde pino canario y el color amarillo del corazoncillo, flor autóctona. Si te atreves con un recorrido más largo, apúntate a la de Los Nacientes de Marcos y Cordero-Los Tilos, en la que podrás apreciar los bosques de laurisilva.
Una colina de pino canario y roca volcánica envuelve La Caldera de Taburiente, quien comparte protagonismo con la multitud de cascadas y arroyos.
Visitar la capital es un viaje a otra época, ya que su casco antiguo con calles adoquinadas, conserva el estilo opulento y ornamentado con sabor marinero.
Si buscamos tranquilidad, Puerto Naos nos brinda la posibilidad de relajarnos en la playa, practicar submarinismo y hacer una vista desde el cielo con un parapente.
Las salinas de Fuencaliente son todo un espectáculo de contrastes, la sal blanca dividida por tierras negras volcánicas y al fondo, el azul del mar. A lo largo del día, se van sumando nuevos colores, fruto de la evaporación del agua y la condensación de la sal.
Un fin de semana y una isla por delante… Aquí tienes una lista para empezar a tachar:
- Caminar los senderos.
- Observar las estrellas.
- Pasear por la noche por el casco histórico.
- Ver amanecer en el Roque de los Muchachos.
- Observar la puesta de sol desde Tazacorte.
- Y por supuesto, ¡terminar con un dulce palmero!