Vuelo+Hotel, ruta rápida, una semana en el paraíso; y precios low cost (que no son tan low). Así es como podríamos resumir nuestras búsquedas en Internet a la hora de planificar nuestras vacaciones. El ansiado periodo de descanso va llegando… ¡Muchas cosas que ver y planificar! Por eso te traigo una guía rápida, con la que poder afrontar la rutina, de una mejor manera. Sin etiquetar tus vacaciones con palabras claves.
A dos horas al sur de Roma, Nápoles es una ciudad que no deja indiferente a nadie. Una ciudad de contrastes, ya que linda con la espontaneidad de un pueblo y la rapidez del núcleo urbano. La metrópoli te dará la bienvenida con ropa tendida en las ventanas; ciclomotores a toda velocidad entre sus callejuelas, sorteando a los tenderos que exclaman sus ofertas del día; altares católicos llenos de flores en cada esquina y terrazas espontáneas en las que solo bastan algunas sillas y vecinos para pasar la tarde.
Nápoles contiene huellas de los colonos griegos y aristócratas romanos, por ello, no es de extrañar ver excavaciones paralizadas debido al hallazgo de ruinas antiguas. Museos al aire libre se extienden por toda la ciudad. El centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad, destaca por albergar multitud de palacios e iglesias, como la iglesia de San Gennaro y San Giorgio Maggiore.
Si nos apetece pasear, la vía Toledo se presta, ya que está llena de comercios antiguos. Al comienzo de la vía nos encontraremos con la galería Umberto I. Dos calles entrecruzadas y de techos acristalados cobijan cafeterías y tiendas. Durante el paseo podrás perderte entre las bifurcaciones y descubrir los secretos de la ciudad. El barrio de los españoles es uno de estos atractivos desvíos.
En el cruce de la vía Toledo se encuentra La Piazza del Plebiscito, es sin duda uno de los símbolos de Nápoles. Se encuentra justo enfrente del Palacio Real, y desde ella la saludan algunos de los edificios históricos más importantes de Nápoles.
Los funiculares son la mejor opción para ver la ciudad. Aunque si buscamos las panorámicas del golfo, el Vesubio y la isla de Capri, debemos ir al barrio Vomero, a las colinas de Nápoles. Un distrito distinguido, con fachadas cuidadas y plazas rodeadas de jardines dignos de palacetes. Desde aquí, podemos visitar el castillo de San Telmo y la cartuja de San Martino.
No probar la tierna y delgada pizza de Nápoles sería un pecado, ya que por algo presumen de ser sus inventores. Los napolitanos le añaden el toque secreto, mediante su tradicional técnica. Prueba las auténticas, pizza marinara y la pizza margherita.
Las ruinas de

Pompeya, la ciudad congelada y destruida por la erupción del Vesubio en el año 79 d. C., te trasladarán a la vida diaria de sus habitantes.
Para terminar nuestra visita, cuando el sol se ponga en la bahía de Nápoles, acércate al paseo de la playa, y entenderás el dicho napolitano, “Vedi Napoli e muori”. Ve Nápoles y muere.

Vedi Napoli e muori (Ve Nápoles y muere) ese es el dicho.

Si Roma es un museo al aire libre, Nápoles es un teatro bajo el cielo: Nápoles es color, es Vesuvio, es mar, es gente alegre, es caos, es tráfico, es ruido, es folklore, es música, es pizza, ¡mmm, la pizza de Nápoles!
“Vedi Napoli e muori” (Ve Nápoles y muere) se suele decir. Todavía no tengo muy claro, si es porque es tan bonita que ya no te hace falta ver más o si es porque el riesgo de que te atropelle una moto con tres personas sin casco es muy alto, pero una cosa es cierta: Nápoles no te dejará indiferente.
Si tienes la suerte de poder visitar la ciudad más colorida de Italia, estas son las cosas que tienes que ver y hacer en Nápoles:

PIAZZA DEL PLEBISCITO

Sin duda uno de los símbolos de Nápoles. Se encuentra justo delante del Palacio Real. Aquí podéis descansar saboreando un helado y espiar la vida callejera de la ciudad o ver algunos de los edificios más importantes de la ciudad como:
• el Palacio Real
• la Basílica de San Francisco de Paula
• el Palacio de la Prefactura
• y el Palacio Salerno
Además, dicen que tendrás suerte (se sabe que los napolitanos son muy supersticiosos), si consigues andar con los ojos vendados desde el Palacio Real hasta las estatuas de los dos caballos.

GALLERIA UMBERTO I

Comienza en Via San Carlo. Tiene cierto parecido con la Galleria de Vittorio Emanuele II de Milán y como su “prima” está llena de tiendas y barecitos.

CAPPELLA SANSEVERO

Aquí se encuentra una verdadera joya: el Cristo Velato de San Martin. Se dice que el velo que lo cubre era realmente un tejido que se convirtió en roca, gracias a un líquido inventado por el Príncipe di San Severo, un famoso alquimista.
Además del Cristo Velato, la cappella di Sansevero merece una visita, aunque solo sea porque está llena de símbolos esotéricos y misteriosos. Se encuentra en Via Sanctis 19/21. (El único lado negativo es que la entrada cuesta siete euros y ¡no se pueden hacer fotos!).

CASTEL DELL’OVO

Si lo que buscas es la mejor vista del golfo de Nápoles este es tu sitio. El ingreso al castillo es gratis y si subes hasta la “Terrazza dei Cannoni”, te encontrarás de frente con el mar, el puerto y el Vesuvio, ¡las vistas son impagables!

CASTEL NUOVO (MASCHIO ANGIOINO)

Otro de los símbolos de la ciudad. Yo solo lo vi desde fuera, ya que me habían dicho que no era nada del otro mundo. En el pasado el castillo fue un centro cultural frecuentado por los mejores artistas, luego fue transformado en un fuerte inalcanzable y hoy en día es sede del Museo Cívico y lugar de espectáculos y noches culturales. La entrada cuesta seis euros.

SPACCANAPOLI

Si buscas la Nápoles verdadera, auténtica y real, no puedes perderte la “Spaccanapoli” (literalmente “rompenápoles”). Esta zona divide la ciudad antigua entre norte y sur y va desde los “quartieri spagnoli” (barrios españoles) hasta el barrio de Forcella. Aquí se encuentran el Duomo, la Basílica di San Domenico Maggiore o Piazza del Gesú, entre otras cosas. Pero sobre todo merece la pena su visita por sus escenas de la vida cotidiana de Nápoles, olores, artistas y artesanos, niños que juegan a “calcio” (fútbol) y motos… ¡muchas motos! Si te gusta vivir el alma de una ciudad, no hay duda, la de Nápoles está aquí.

SAN GENNARO

Nápoles no se puede entender al 100%, si no sabes quién es San Gennaro y cómo los napolitanos viven la pasión hacia su Patrón… no es fe, no es amor… ¡es un sentimiento que nace en las entrañas!
Puedes ver la devoción que muestran ante el santo delante del “Tesoro di San Gennaro” en el Duomo de Nápoles. ¿Sabes cuál es el otro gran amor de los Napolitanos? ¡Diego Armando Maradona! ¡Así, tal cual!.

VIA SAN GREGORIA ARMENO

Esta calle es super famosa por sus mercadillos de navidad y por sus puestos, donde venden las genuinas esculturillas de personajes famosos italianos (y no) para los belenes, tanto en diciembre, ¡como en pleno julio!

¡COME!

En Nápoles se come la mejor pizza del mundo. No hay duda. Y lo mejor es que encontrar una pizza mala es imposible: ¡todas están riquísimas! La pizza “Margherita”, la auténtica napolitana, la inventó el pizzaiolo Raffaele Esposito que la preparó con tomate, mozzarella, aceite y albahaca en honor de la Reina Margarita y a la bandera italiana.
Pero no te creas que en Nápoles no se hace otra cosa que comer pizza, otros platos típicos son: mozzarella di bufala, scialatielli, taralli, fritura de pescado, struffoli, pastiere, pasta con frutos de mar, sfogliatelle, babà col rum y para acabar la comida, el fabuloso limoncello di Sorrento.

 

Comentarios

comentarios