Los viajes no siempre son físicos, algunos son profesionales

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Los viajes no siempre son físicos, algunos son profesionales

 

Todos los viajes aportan algo, tanto cuando son geográficos como cuando no lo son. En el fondo, lo importante es la experiencia. Por eso, no siempre requieren un desplazamiento físico, el recorrido también puede ser mental e incluso espiritual. Eso sí, todos comparten la magia que produce trasladarse de una situación inicial a otra final, bien diferenciada, y con esa nueva experiencia incorporada.

El poder trasformador del viaje hace que no existan dos iguales, ni siquiera cuando el trayecto es el mismo o lo realiza una misma persona. Por eso, cualquier modalidad podría tener sentido según el momento que atravesemos, una analogía perfecta con lo que sucede en los procesos de cambio y reinvención profesional. Lo importante es la vivencia en sí y su aportación, lo que requiere que el proceso conecte con la esencia de la persona y haga aflorar su propósito vital.

Siguiendo con el símil entre viaje y proceso de transición profesional, decía que no importa la modalidad que elijas, siempre te será de utilidad si te permite avanzar y te acerca a lo que deseas. Puedes plantearte una “escapada” (unos días fuera de tu trabajo habitual para tomar perspectiva a través de una vivencia diferente), realizar una “huida hacia adelante” (salir de una situación profesional estancada acogiendo una oportunidad calculada que optimice el impacto de esa salida), iniciar una “experiencia puntual” (adquirir conocimientos y habilidades que te faciliten el cambio deseado a medio plazo) y, por último, optar por una “experiencia iniciática” (hacer una inmersión en un camino nuevo para aspirar a una reinvención completa). Sea cual sea tu elección, lo importante es tener presente tu Plan A, lo que no significa que no puedas acoger otros Planes B, C o D, como los que se han ido enumerando, siempre que no entren en conflicto con tu propósito, que es el que determina tu Plan A (el único).

Por eso, si deseas cambiar o reinventarte profesionalmente, aprovecha el descanso estival para reflexionar sobre lo que quieres hacer y desde donde, sobre la diferencia que ofreces y aporta valor a los demás. Así, podrás vivir ese viaje de forma coherente, restándole trascendencia. No tienes que ser un aventurero para empezar, ni siquiera atrevido, solo necesitas el coraje necesario para dar el primer paso… Si consigues clarificar tu propósito, lo demás llegará y ten por seguro que sabrás manejarlo, porque en el camino propio todo fluye.

Los procesos de cambio y reinvención profesional son un viaje, pero recuerda que no hace falta correr. Tómate tu tiempo que para eso están los caminos de apoyo. La vida en sí también es un viaje, en la que los cambios están presentes de manera intrínseca, los busquemos o no, solo tienes que permanecer conectado contigo mismo y fluir con autenticidad y coherencia por el camino.

Y ahora… ¿Cuándo nos vamos de viaje?

María-José Dunjó
Especialista en
Transición Profesional,
Talento y Reinvención
www.mjdunjo.com

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