La lactancia materna y sus múltiples beneficios

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La lactancia materna tiene múltiples beneficios: una composición exclusiva, favorece la recuperación de la mamá tras el parto, reduce el riesgo de enfermedades…etc. A nivel emocional, supone una base importante para crear un vínculo especial entre madre-hijo. Pero a pesar de todas sus ventajas, la realidad nos muestra que numerosas madres abandonan de forma precoz la lactancia materna o deciden no intentarlo por experiencias negativas previas.

Según Charo Lorenzo, matrona del Hospital La Paz y colaboradora en el centro especializado en maternidad Baby Be, “es fundamental que las madres tengan una información correcta y completa sobre la lactancia previamente al parto, y apoyo por parte de una matrona tras el nacimiento de su bebé”. Además de esto, es recomendable que utilicen unos productos adecuados que faciliten aún más ese momento.

  • Si madre/hijo están separados por alguna causa tras el nacimiento es conveniente estimular las mamas para ayudar a la futura formación de leche. Se puede hacer de manera manual, pero también se puede recurrir a un sacaleches cuya intensidad y frecuencia de succión simulan la del bebé. Algunos tiene varios niveles de extracción, que se ajustan fácilmente al ritmo más adecuado.
  • Lo adecuado es que la lactancia sea a demanda, estar siempre disponible para que el bebé coma lo que quiera y cuando quiera, sin horarios ni restricciones. Para ello las tomas deben resultar cómodas, relajadas y sin dolor.
  • No es recomendable para la lactancia que se lleven al bebé toda la noche al nido. En la mayoría de hospitales donde trabajan para favorecer la lactancia materna no se ofrece esta posibilidad.
  • La lactancia materna debe iniciarse tan pronto como sea posible tras el nacimiento del bebé. Es recomendable que la primera toma se realice en la primera hora postparto durante el “piel con piel” y que sea el recién nacido, con ayuda de su madre, quién se enganche de manera espontánea al pecho, sin forzar. Este enganche precoz y espontáneo facilitará que el bebé siga enganchándose correctamente en las sucesivas tomas.
  • Al principio de cada toma la leche tiene un porcentaje más alto de agua y proteínas y al final de la misma toma tiene mayor proporción de grasa. Por ello, es mejor que el bebé vacíe una antes de que tome de las dos y no vacíe ninguna, así tomará todos sus componentes.
  • Durante los primeros días el bebé debe hacer tomas muy frecuentes. Esto garantizará que la mama tenga una buena estimulación  y producirá mayor cantidad de leche y además evitará que el bebé tenga hipoglucemias.
  •  El agarre no debe ser doloroso. La boquita del bebé debe estar bien abierta de manera que abarque parte de la areola y no sólo pezón. Sus labios deben estar evertidos y la barbilla y la nariz en contacto con la mama. Para ello hay que colocar al bebé correctamente sobre el cuerpo, de manera que su abdomen repose sobre la madre y que agarre la cantidad de areola que necesite.
  • Para una mayor comodidad, se pueden utilizar almohadas de lactancia para así prevenir y aliviar las tensiones en el codo, la muñeca o la espalda.  Además, no solo sirve para el momento de lactancia, si no que también supone un excelente soporte para que el bebé pueda permanecer recostado.
  • Lo ideal es extraer el excedente de leche y conservarla. Una vez bien instaurada la lactancia se puede ir haciendo un banco de leche para el bebé y guardarla para esos momentos en los que la mamá no puede estar con el bebé, ya sea por la incorporación al trabajo o porque desea dejar la lactancia.

Cuando llegue este momento,  es necesario comenzar a utilizar un buen biberón que replique lo máximo posible la forma de succión natural del bebé, que esté dotado de unas tetinas específicas de suave silicona que permiten un agarre y una succión completamente natural.

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