Kimberly Domínguez: «Me encuentro bien exaltando la cocina canaria»

 

Cuando hablamos con Kimberly Domínguez, el acrónimo JASP (Jóvenes aunque sobradamente preparados) toma toda la relevancia que tenía en los años 90. No es solo una joven que está sobradamente preparada para hacerle frente al mundo gastronómico, sino que, además, permanece en constante formación y mejora en esta profesión. Bajo el don de la perseverancia, la constancia y la paciencia, estamos ante una persona que, poco a poco, y bajo el lema de todo llega, sabe esperar el momento. Con una marcada determinación declara, si, realmente, todos sabemos lo que queremos ser, lo más importante es no tirar la toalla a mitad del camino. Tenemos ante nosotros a una mujer que nunca se ha dado por vencida.

 

Define la cocina como un vicio, una inquietud, una pasión, un llegar y triunfar. Si, mientras comes, experimentas sabores y técnicas, es perfecto y así es la cocina que practica Kimberly. Una cocina para la satisfacción del comensal en la que el emplatado y la presentación estructurada en altura son su predilección.

 

 

Foto: Rubén de Cándido – Más Media Group

 

 

¿Cómo llegas a dedicar tu vida a la cocina?

Es mi pura vocación. Todo empezó por probar y, al final, cuando las cosas son para ti, es que son para ti realmente. Comencé probando y fueron presentándose muchos caminos y todos los caminos se fueron abriendo ante mí.

 

¿Cómo llevas ser una de las mayores promesas de la nueva cocina canaria?

Se lleva bien, se lleva muy bien, sobre todo, porque sientes que puedes dejar en alto dónde estás y de dónde vienes. Se siente un gran bienestar y, también, una gran responsabilidad. Me siento con la capacidad de cogerlo y tirar para delante. Nunca dejaría mal algo que hago. Soy muy exigente conmigo misma, por eso, muchas veces, lo soy con el resto de las personas, superexigente. Me encuentro bien exaltando la cocina canaria, que no es muy conocida a nivel mundial, sacando de ella la mejor versión y fusionando lo tradicional con la cocina de vanguardia (fusión). Si al comensal le entra la comida por los ojos, si ya lo abrazas con el olfato y lo terminas conquistando por el gusto, ya es todo tuyo.

 

«Tengo una frase marcada de siempre:  ¡mujeres al poder!»

 

¿En qué momento de tu carrera llegas a formar parte de uno de los mejores hoteles de Tenerife?

Esta cadena me dio la oportunidad de entrar en ella hace seis años y han sido ellos los que me han impulsado, mediante una gran apuesta en mi formación y volcándose en mí. Si esto ocurre, tú intentas devolverlo con creces, siendo parte de una empresa que apuesta por la gastronomía y porque el cliente coma bien. Apuestan mucho por la formación constante. Cuando me encuentro muy bien en un lugar, soy muy fiel a mis principios.

 

¿Qué te han aportado los certámenes a tu trayectoria personal?

El primer certamen al que me presenté fue Gastrocanarias y gané como ayudante de cocina. Una primera toma de contacto que hizo que supiera cómo era actuar en situaciones de alta tensión, saber desenvolverme eficazmente. Todos podemos ser muy buenos, pero con muchísima tensión cualquiera cae. Mantener la mente fría, que siga fluyendo la imaginación para crear un plato, dominar la tensión que puedas tener y calmar a la persona que tienes al lado; en esos noventa minutos tienes que saber sacar lo mejor que tienes en ti.

 

– ¿Qué sientes cuando estás en el top en una profesión con marcada proyección masculina?

Me siento orgullosa porque no es fácil ser una mujer, ser joven y ser pequeñita como yo y tener una plantilla de 30 o 40 personas y que la mayoría sean hombres. Tienes que saber ponerte en tu lugar y, además, saber cómo con una mano acariciar y con la otra empujar. Tengo una frase marcada de siempre, mujeres al poder. Llevamos tiempo muy detrás de todo y que ahora las mujeres estén al frente de la cocina, con la capacidad de análisis y entrega que tenemos, junto con un equipo que te sigue y piensa como tú, es el tándem perfecto.

 

 

Por: Mónica Darias

Foto: Rubén De Cándido

 

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