De filias y parafilias

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De filias y parafilias

¿Piensas en el sexo? Sí, seguro que sí lo haces, incluso más de lo que dices, porque te encanta imaginar todo el potencial que podrías tener en la cama si dejaras atrás esos miedos a mostrarte, a desinhibirte, a exponerte entera y completamente a tu placer en manos ajenas (Filias: Aficiones o atracciones a determinadas realidades o situaciones).

Querrías encontrar a la pareja que sea capaz de sacarte ese lado más morboso, para deleitarte con tus placeres, probar, que te prueben, mirar, que te miren, hacer, que te hagan (Parafilias: Impulsos sexuales intensos y recurrentes, fantasías o comportamientos que incluyen objetos, actividades o situaciones poco habituales). Pero si te pregunto, seguramente, me dirás que tú “eres bastante normalita en la cama”.

Te has preparado, el plan es playa por la mañana y copeteo por la noche. Has dejado atrás casi 500 g de invernales vellos que conservaban el calor en tus zonas ocultas. No sabes el porqué, pero cada vez que contemplas el resultado de tu depilación, “te pones” un poco (Acomoclotismo: Excitación por los genitales lampiños o depilados). Viste tu cuerpo algo fútil que pronto retirarás para que el sol pinte de verano tu deprimente tono de piel.

Sientes el calor tan solo de pensarlo, es tan agradable la sensación del sol en la piel y la brisa recorriendo todo tu cuerpo (Actirastia: Excitación sexual proveniente de la exposición a los rayos del sol o de sentir el calor del sol). Tomas algo refrescante, escaneas otros cuerpos desnudos o semidesnudos y tu mirada se para en lo que consideras casi una aberración, una ostentación de la virilidad. Eso que se insinúa bajo el bañador de ese tío no puede ser verdad, ¿de cuántos centímetros estamos hablando? (Falofilia: Gran atracción sexual por un pene erecto de grandes dimensiones). Intentas que tu cerebro ordene a tus ojos que cambien de dirección, pero incluso te excita la posibilidad de que note que le observas (Escopofilia: Instinto hacia la contemplación placentera de otras personas). No puedes evitar esa mirada cómplice con tus amigas, una sonrisa y ellas lo entenderán rápidamente, tenéis una divertida conversación por delante (Erotolalia: Estimularse sexualmente solo hablando de sexo). Necesitas un baño, no ha sido más que un calentón y aún queda mucho día por delante.

Empieza la noche, pones música y te desnudas para darte una buena ducha, mientras bailas a solas como nunca lo harías en público (Coreofilia: Atracción por la danza y el baile erótico). Un vistazo al armario para seleccionar las más revoltosas galas para la noche, vas a estrenar esos tacones que no merecían ser calzados, sino cabalgados (Altocalcifilia: Atracción sexual por los zapatos de tacón alto como fetiche).

Ahí estás, en el local de moda, bien acompañada y muy bien rodeada. Una primera copa para calentar motores y… ¿Quién es ese joven que se acerca a la barra?, no deja de mirarte, ¿viene hacia ti? Pero, ¡¡si este chico debe ser universitario!! (Anisonogamia: Atracción por una pareja sexual mucho más joven o mucho mayor). Te invita a una copa, tus amigas te miran ojipláticas. Está tremendo, pero da igual, tú no vas a hacer nada, ¿tienes pareja, no? ¿Qué crees que pasaría después, cuando, en tu leal cama, hicierais el amor? (Alorgasmia: Excitación proveniente de fantasear durante el acto sexual con otra persona que no sea la de la pareja). Consuélate, aún así, ¿te puedes divertir, no? Respeta los límites, deja que se acerque un poquito, siente su piel tersa llena de tatuajes (Estigmatofilia: Atracción sexual por los tatuajes, piercing o cicatrices), quién la probara. ¡¡Cuidado!! Recuerda, tienes pareja… mierda… qué pena… ¿No podrías montártelo con los dos a la vez? (Biandria o vivirismo: Relación sexual entre una mujer y dos hombres). De repente, puede que tu pareja sea de esos que se excita viendo cómo lo haces con otro (Candalagnia: Excitación al ver a la pareja copulando con otro).

Ves sus labios moverse, pero no te interesa lo que te cuenta, no quieres escucharle, solo puedes escucharte a ti misma, lo que te dices a ti, de ti, por ti y para ti. Tú, que deseas en silencio pidiendo sin palabras que ese potente veinteañero te ponga contra el espejo (Espectrofilia: Atracción producida por la imagen reflejada en el espejo), que te ate las muñecas (Bondage: Práctica sexual en la que uno de los miembros de la pareja permanece atado), que expire su aliento en tu nuca, mientras te susurra al oído (Coitolalia: La excitación sexual se produce al hablar durante el acto) y que te arranque el vestido (Ginonudomanía: Compulsión por arrancar violentamente las ropas de la pareja) para pedirle desesperadamente que te haga el amor. Pero recuerda nada de rarezas que tú en esto de la cama…“eres muy normalita”.

Si no sabes cuáles son las tuyas, búscalas. Te divertirás…

Autor: Ana Paredes
Psicóloga-sexóloga

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