La dislexia es mucho más común de lo que imaginamos. Muchas son las personas que la padecen presentando grandes dificultades para leer y escribir de forma correcta. No todo el mundo entiende qué es y lo importante que resulta conocerla, saber de qué trata y cómo afrontarla desde casa y desde la escuela.
Cuando se habla de dislexia, se hace referencia a un trastorno de aprendizaje en la lectoescritura, de carácter persistente, sin necesidad de que los niños que lo padecen presenten ningún trastorno asociado, es decir, se trata sólo de problemas en el correcto aprendizaje de la lectura y la escritura. En este trastorno, la persona que lo padece tiene dificultad para distinguir y memorizar las letras o grupos de letras, el orden o el ritmo de colocación para formar palabras. También puede presentar una mala estructuración en las frases, lo que afecta por tanto, como he dicho antes a la lectura y a la escritura.
La dislexia no es igual para todos. Como todos los trastornos, hay características comunes que hace que las personas sean diagnosticadas con el mismo nombre, pero la realidad es que hay tantas dislexias como personas que las padecen. La dislexia va más a allá de presentar dificultades en la lectura y en la escritura. Cuando existe dislexia existen problemas de compresión, de memoria a corto plazo, de conseguir un buen léxico, confusiones de lateralización ( confundir derecha e izquierda), dificultades espacio-temporales, etc.
En el origen de la dislexia se barajan diferentes causas:
– Factores neurofisiológicos, a causa de una maduración más lenta del sistema nervioso. Si este es el caso que lo provoca, con un buen trabajo y mucha persistencia se puede conseguir muchas mejoras.
– Conflictos de origen psíquico, provocado por tensiones en el ambiente y ansiedad. Si este es el caso que lo provoca, puede ser atendido de forma psíquica y remitir con mayor éxito.
Vemos entonces en la dislexia un trastorno en el aprendizaje de la lectoescritura, pero sin olvidar que cada persona es única y cada uno debe ser atendido según sus características personales, de forma individualizada para poder conseguir una buena evolución.
