Nuevo año, tiempo de nuevos propósitos. Nos inundan los mensajes, los consejos acerca de cómo afrontar este 2017 para ser felices. Y entonces hacemos de nuevo la lista, en general, poco novedosa, de propósitos: hacer deporte, tener más tiempo, viajar, dejar de fumar, dar un paso en nuestra relación. Puede que hacia adelante o hacia atrás, pero darlo.

Los propósitos son una manera de mirar hacia adelante, de proyectar nuestros deseos y proponernos llevar a cabo las acciones necesarias para conseguirlos. Pero, ¿realmente estamos preparados para caminar hacia adelante, sin mirar atrás? ¿Hemos resuelto lo que arrastramos? ¿Caminas sin cargas del pasado? Porque en ese caso, caminar hacia adelante mirando con el rabillo del ojo hacia atrás, lo que provoca es que continuamente nos tropecemos y caigamos en la misma rutina que dejamos atrás el año anterior. Y no solo esto, sino con las mismas emociones negativas que hemos ido acumulando, tanto con nosotras mismas, como con nuestra pareja.

Tal vez no sea lo más habitual, pero yo te propongo que para empezar bien el año, mires atrás. Y que tu propósito sea hacerlo para perdonar, para despojarte de los sentimientos  de rabia, de dolor, de tristeza, de confusión y de traición que puedan acompañarte. El problema no está tan solo en que tengas estos sentimientos o pensamientos, sino en que actúes dejándote llevar por ellos. Este acto implica una conducta destructiva. Y no solo hacia tu pareja -o hacia quién desees que lo sea-, sino hacia ti misma.

Da igual la razón que te lleve a perdonar. Ya sea por fe, por la necesidad de olvidar o por un intento de dejar atrás la ira. Lo importantes es saber, y poder hacerlo.

Pero… ¿Qué significa perdonar? ¿Significa aceptar que mi comportamiento o el de mi pareja fueron adecuados? ¿Significa ignorar el daño que he hecho o que me  han hecho? No.

  • Perdonar significa creer que, aunque no aceptemos un comportamiento, el fin de este comportamiento no ha sido malintencionado. Puede que impulsivo, incluso apasionado, pero no perverso.
  • Perdonar significa creer que cada uno de nosotros hace lo mejor que puede o sabe.
  • Perdonar significa entender que todos pecamos, aunque no podamos evitar juzgarnos los unos a los otros por pecar de una manera diferente.

 

Es bueno que pongáis los límites en vuestra relación, así no habrá dudas de qué merece y qué no merece un perdón. Después del maltrato, la infidelidad suele ser la causa más común en las rupturas sentimentales. Pero ¿Cuándo soy infiel?, ¿cuál es mi límite de infidelidad y cuál el de mi pareja? ¿Lo sabes? O has dado por hecho que son iguales. Soy infiel… ¿Cuando deseo? O tal vez no solo con eso ¿Y si me dedico a fantasear? Ahí ya estoy invirtiendo tiempo. No, puede que sea cuando coqueteo, pero ¿Y si me acerco sin rozar? No, definitivamente, el límite está en un beso, ¿no?, bueno… un beso de repente puede ser una tontería, pero si hay sexo ya… hasta ahí llegamos, esta vez sí, ¿sí? Tal vez seas capaz de perdonar sexo por sorpresa o por excesivo alcohol. Pero un amante… un amante, ¿ahí ya estamos todas de acuerdo? Comúnmente, supongo que sí, aquí se acaba la duda. Y tú, ¿en qué punto te has quedado? ¿Lo sabe tu pareja? Entonces, ¿qué NO es infidelidad para ti?

Tal vez convenga hacer una aclaración. Cuando pedimos perdón de forma honesta, solo lo pedimos una vez. Si haz de pedir perdón dos veces por el mismo hecho, significa que tus disculpas no han sido del todo sinceras, sino que surgen de tu necesidad de dejar el asunto zanjado rápidamente, pero sin hacer un ejercicio de empatía y de responsabilidad. Si este es tu caso, tal vez sea el momento de plantearte tu relación emocional, porque seguramente te augure un futuro lleno de perdones. Y esto, no suena muy constructivo.

Cuidado, el perdón no tiene por qué conllevar reconciliación, es simplemente un acto de egoísmo que nos destina a una sensación de libertad. Libre de lo malo, en paz con tus límites, vacía de daño, redimida del perdón. No solo del perdón que crees que le debes a los demás, sino del perdón que te debes a ti misma, aunque a veces sea por haber permitido el mismo daño más de una vez. Porque perdonar no es síntoma de debilidad, no es un permiso para que te vuelvan a hacer daño.

Un consejo, “Practica lo que Predicas”, en el perdón y en todo. No se me ocurre mejor recomendación para empezar el año.

Comentarios

comentarios