De forma natural intentamos dar sentido, explicar y conocer la razón por la que una mujer es capaz de soportar hasta lo inimaginable a un hombre que la maltrata. Resistir, tolerar insultos, humillaciones y agresiones físicas que se convierten en una forma de vida y que llegan a atentar contra la propia existencia y la de los hijos.

¿Qué ocurre para que una mujer perdone tanta agresión?

Entender qué nos lleva a comportarnos de determinada manera y no de otra me llevó a asistir a un seminario en septiembre sobre “Violencia en las relaciones íntimas” en el HUC (Hospital Universitario de Canarias), impartido por el Dr. José Navarro Góngora, profesor de Psicología de la Salud y de Terapia Familiar y de Pareja de la Facultad de Psicología de Salamanca. Lo que allí observé es como los profesionales intentaban comprender el motivo por el que las mujeres deciden continuar con sus relaciones sentimentales altamente estresantes. Me llamó mucho la atención y me fascinó como Góngora silenció con una única y profunda pregunta a una asistente al seminario, que dudaba de las razones por las que una mujer permanece en una relación sentimental donde sufre maltrato.

¿Por qué perdonas a tu hijo adolescente cuando te insulta e incluso te pega?

Recuerdo que se hizo un silencio entre los asistentes, y que algo interno ocurrió a los que estábamos allí.

Lo primero que me vino como respuesta a la cabeza fue: porque lo quiero, tan simple como eso.

Responder sin pensarlo demasiado, me ayudó a entender más aún lo que hago día a día, me ayudó a ver lo cercano que es el trabajo que realizo a diario, cuando afronto casos de violencia filioparental frente a los casos de violencia de género. Me ha ayudado a explorar, aún más, las razones por las que se perdonan a los hijos a pesar de recibir desplantes día a día.

Las explicaciones que me parecieron homólogas a mi día día tienen que ver con la dependencia emocional, la creencia en que la otra parte cambiará, la propia vergüenza por el fracaso como padres, el sentimiento de culpa y de responsabilidad sobre lo que sucede, tener que admitir la situación denigrante que se está viviendo, la censura familiar, los sentimientos de indefensión que debilitan la capacidad de solucionar problemas, el propio ciclo de la violencia, la teoría del reforzamiento negativo…

¿Acaso como padres y madres no estamos dispuestos a sufrir lo insoportable por amor?

Comentarios

comentarios