Un error que se suele cometer a la hora de emprender es no hacer una estimación de la cantidad de dinero que se necesita para iniciar un negocio o hacer una valoración a la baja.
La mayoría de los emprendedores que lo hacen por primera vez tienen una visión errónea de la cantidad de dinero en efectivo o crédito que necesitan para iniciar su negocio y llevarlo al «autosostenimiento». No se puede pensar que tan solo con unos cientos de euros y un trabajo duro se puede lograr el éxito.
Para calcular el capital inicial es necesario estimar las cantidades necesarias para mantener el negocio durante los primeros meses que son los más críticos. Si no se tiene el suficiente dinero para cubrir las necesidades financieras mientras se espera a que las ventas logren un punto de equilibrio, será necesario encontrar la manera de conseguir financiación porque, de lo contrario, habrá que cerrar el negocio.
Dicho esto hay que tener muy clara la importancia del capital a la hora de emprender un negocio porque los “novatos”, llevados por la ilusión de poner en marcha su proyecto, suelen sobrevalorar las ventas y subestimar los gastos.
Son muchos los negocios con potencial para tener éxito que nunca llegan a hacerlo porque se quedan sin dinero al comienzo ya que los gastos de caja exceden el dinero que reciben a través de las ventas y suelen suceder dos cosas que anulan la viabilidad del proyecto:
1.- Las salidas de caja son mayores y ocurren antes de lo esperado.
2.- Los ingresos a la caja llegan más lentamente y son menores de lo esperado.
Por tanto, si no se tiene suficiente dinero para cubrir las obligaciones con el arrendador, con los proveedores, con los empleados y con el resto de los agentes que son parte integral del negocio, entonces el negocio no se mantendrá. Es importante lograr que las ventas cubran los gastos a los pocos meses de iniciar las operaciones.
Para estimar las necesidades de capital hay que dividir los gastos en dos categorías: los gastos mensuales regulares y los gastos de establecimiento.
Se recomienda disponer de un capital de al menos tres meses de gastos regulares. Podemos suponer, con acierto, que vamos a vender algo durante esos primeros tres meses y que no se necesitará de ese capital, aún así, es una manera de cubrir los seis primeros meses de operaciones en el caso de que las ventas llegaran sólo a la mitad de lo que esperábamos para ese período.
Necesitamos tener consciencia de que esa cantidad aumenta las posibilidades de vencer las dificultades y proporciona un colchón contra unas posibles ventas menores de lo esperado y unos gastos por encima de lo imaginado.
Debemos recordar también, que unos fondos insuficientes son la segunda razón por la que fracasan los negocios nuevos. Es mucho mejor considerar que si desde el principio no tienes suficiente dinero, será más difícil obtenerlo cuando se te acabe a medio camino.