Sole Basaldua: «Siempre he ido más allá de lo que está a mi alcance»
Mientras charlo con Sole Basaldua escucho ruidos al otro lado del hilo telefónico, cremalleras que se abren y se cierran, microondas calentando el café diurno, y pisadas de un lado a otro en espera de una nueva jornada ilusionante en busca del éxito.
Sole sabe que aún le queda camino por recorrer para conseguir su sueño, vivir de su música, pero mientras se culmina, es consciente de que ya ha llegado muy lejos en el mundo entre bambalinas. A esta bailarina, coreógrafa, cantante, compositora y atleta, argentina de nacimiento y tinerfeña de adopción, el mundo no le era suficiente cuando decidió dar el salto de Tenerife a Inglaterra. En busca del éxito, no dudó en abrir la caja de Pandora cuando tomó la decisión de «cruzar el charco» hacia la tierra de las barras y las estrellas.
Amante de Tenerife, a la que considera su segundo hogar, Sole Basaldua prepara su nuevo trabajo discográfico con la ilusión y la pasión características del ADN latino. De belleza irrefutable, nobleza intrínseca, pasión innata, genética ganadora, fortaleza de titán, armadura de hierro y perseverancia inquebrantable, Sole pisa cual wonderwoman, el paseo de la fama en busca de su estrella hollywoodense.
No cabe duda de que usted es una artista por los cuatro costados, pero ¿quién es Sole Basaldua? «Es difícil hablar de una misma. Soy muy trabajadora, muy humilde, creo que tengo un corazón demasiado grande, doy todo de mí, a veces eso me juega en contra, tengo muchísima energía, valoro mucho a la gente que tengo alrededor y soy lo más positiva posible. Los que me conocen saben que soy una saltarina que no para, desde muy pequeña mi madre me llamaba «mono» porque no sabían qué hacer conmigo, era una cosa de locos. Soy súper enérgica, hablo hasta por los codos e intento ser feliz. Todo eso es Sole».
Nació en Argentina. ¿Cuándo pisó por primera vez Tenerife? «A los 11 años, mi madre se mudó allí. Es mi segundo hogar, siempre íbamos y veníamos, en vacaciones escolares, a visitar a mi madre».
Cuando visitaba Tenerife, ¿quería quedarse en la isla? «Por supuesto. ¿Quién va a querer irse de esa preciosidad de isla? Cada vez que iba me preguntaba por qué pasaba el tiempo tan rápido. Tenerife es un paraíso».
Deduzco que tiene sentimiento tinerfeño. «Sí, fue mi segundo hogar desde muy pequeña».
¿En qué momento de su vida dijo: «mamá, quiero ser artista»? «Crecí al lado de un escenario, mi mamá cantaba y me llevaba a sus shows desde los tres años de edad. Empecé a hacer gimnasia a los cinco años y llegué a la selección nacional Argentina, me querían llevar a las olimpiadas y, como tenía que dejar el colegio, me quitaron del equipo de entrenamiento por lo cual me aburría, fue cuando decidí hacer comedia musical y, en ese preciso momento, me enamoré de la Música. No sé cómo explicar la pasión que siento por la Música y por el baile. No puedo ni me veo haciendo otra cosa».
¿Cuál ha sido su formación? «Estudié teatro, baile, clases de canto y de técnicas de actuación y circo con telas y trapecio. También estudié técnica vocal en Tenerife, con una profesora de ópera, Sabrina, todo un genio, me abrió la técnica para la respiración. Hice de todo, no me quedé con ganas de nada. En todo lo que sea arte me lanzo. La vida es una y las oportunidades hay que aprovecharlas».
Es usted una mujer polifacética, artista, bien formada, dispuesta a hacer muchas cosas y que parece que no le tiene miedo a nada. ¿A qué le teme Sole Balsadua? «A muchas cosas, pero mi mayor miedo confesable, es que, al mudarme tanto de país, tengo miedo a la pérdida de la gente que voy conociendo por el camino. Es, más bien, miedo emocional».
¿Cuál fue su primera incursión profesional sobre un escenario? «Fue en Tenerife, a los 16 años, en el Theatre Bar, hice el concurso Tenerife Got Talent, el dueño del bar me vio y me ofreció empezar a trabajar los viernes. Así fue como empecé. Tras ello comencé, junto con mis dos profesoras de baile, a hacer shows con ellas, yo cantaba y bailaba a la par. Llegamos a hacer de dos a tres shows por noche en todos los hoteles del sur de Tenerife».
Es de suponer que, al ser una cuestión genética, le fue fácil explicarle a sus padres su vena artística. Corríjame, si me equivoco. «Sí, claro, viene de familia. No me iban a frenar porque todos somos muy trabajadores. Para mi padre fue durísimo cuando me fui de Argentina, pero no fue por mi elección de profesión, sino porque siempre fui «la nena de papá», soy la mayor de sus tres hijas. Tuve la oportunidad, la aproveché y jamás pensé que pudiera llegar a donde estoy ahora».
¿Cuándo y a dónde decide marcharse de Tenerife para continuar su carrera profesional? «Tenía pensado hacer comedia musical y decidí irme sola a hacer unas audiciones a Londres. No salí elegida. Tuve otra de las finales de Tenerife Got Talent, estuve haciendo la coreografía a mi amigo Charlie y también bailé con él y resultó ganador. Uno de los jurados que le ofreció contrato discográfico a mi amigo también contactó conmigo, por ello me mudé a Manchester y ahí empezamos, grabamos el primer single y el primer videoclip.
En ese preciso momento fue cuando me di cuenta de que, aunque adoro la comedia musical, lo mío era la música original. Estuve dos años y medio en Manchester, hice shows por todos lados, iba con mi coche y mi equipo, era un «pigmeo» de 19 años, recorrí todo el norte de Inglaterra y hacía shows por todos los bares. Al final, el single no dio el fruto esperado, una academia en Londres contactó conmigo y me encantó, porque era un lugar donde íbamos a escribir, invertí el dinero de cada show que hacía en cada una de las sesiones en dicha academia. Tomaba el autobús a las 05:00 am y llegaba a Londres sobre las 10:00 am, me quedaba a la sesión en la academia y llegaba a Manchester a las 02:00 am».
Escuchándole me impresiona hasta donde llega el poder para conseguir un sueño. «Todo lo que he conseguido ha sido porque lo busqué, me lo jugué y lo trabajé. Siempre he ido más allá de lo que está a mi alcance. Una tiene que buscar estar en el momento preciso y en el lugar correcto, porque si no buscas que sucedan las cosas, nunca va a pasar nada. Hay que salir de la zona de confort y andar hacia adelante».
¿Por qué decidió cruzar el charco marchándose a Estados Unidos? «Porque, tras mucho tiempo en Londres, sentía que estaba estancada en lo que al aspecto musical se refiere, el boom latino todavía no había llegado y, aún habiendo encontrado mi sonido, no encontraba los productores que me entendiesen. Conocí a unos amigos cuando trabajaba en Londres que son estadounidenses y ellos fueron los culpables de que esté en Estados Unidos. Cuando pisé el país me di cuenta de que el mercado latino estaba aquí. Al fin me sentí comprendida».
«Existe el sueño americano porque hay más oportunidades, pero la competencia es feroz, el talento que hay en esta ciudad es lo más de lo más»
Cuando llega a Los Ángeles, ¿la ciudad le decepciona o es lo que esperaba? «Sentí que por fin encontré mi lugar en el mundo, no sé dónde voy a terminar, voy donde va mi música, pero en esta ciudad lo tengo todo. Los Ángeles tiene algo que, cuando bajé del avión, me hizo sentir como en casa. Estoy haciendo lo que me encanta, compitiendo con los mejores, obviamente, no hay nada más arriba que Hollywood, pero estoy creciendo a diario tanto como artista y también como persona. Eso para mi es lo más importante».
¿Existe el sueño americano? «Sí, existe el sueño americano porque hay más oportunidades, pero la competencia es feroz, el talento que hay en esta ciudad es lo más de lo más. Ahora, si uno no lo busca y no lo pelea, no va a suceder nada. Los días son larguísimos, a veces me paso bailando siete horas diarias, termino agotada, no es fácil y hay días en lo que te dan ganas de tirar la toalla y, de golpe, te sale algo que te vuelve a levantar. Es una causa efecto, es lo que elegí y no lo cambiaría por nada».
¿Llegó a Los Ángeles y besó el santo o tuvo que trabajar en otras cosas para complementar su profesión? «Al principio es muy difícil arrancar empezando desde cero. Tanto en Tenerife como en Londres tenía un público, una rutina y un trabajo estable. Venir aquí, sin que te conozca nadie y, con el tema del visado, estás limitada a trabajar de lo que eres. Claro que fue muy difícil moverme sola, pero poco a poco lo empecé a lograr y aquí estoy».
¿Cuantos años lleva residiendo en Los Ángeles? «Llevo tres años, acabo de renovar mi segundo visado así que voy para otros tres».
Cantante, deportista, compositora, bailarina y actriz. ¿Cuál es la fórmula mágica para conseguir ese increíble pack? «En lo deportivo, es cuestión genética, soy deportista como lo es mi padre, y la otra parte es genética materna. El resto es cuestión de dedicación a lo que soy, me das un trabajo de oficina y me muero. En lo que respecta a la actuación viene relacionado con la música, si haces un videoclip vas a tener que actuar. Una cosa complementa a la otra. En lo que respecta al fitness, es una cuestión de locura mía, por bailar aquí contactaron conmigo de una compañía australiana que es de baile y fitness, por ello decidí hacer la certificación y comencé a enseñar. Me formé como personal trainer e hice un programa de Beach body. Con los años fui aprendiendo sin parar y, en la actualidad, estoy estudiando con un método novedoso con trampolines».
Me tiene anonadada, la escucho y veo la disciplina de una deportista de élite, corríjame, si me equivoco. «Sí, me considero atleta, porque si no tienes ese tipo de disciplina, no podría hacer todo lo que realizo a diario».
Posee una anatomía envidiable que salta a la vista. Supongo que llevará una dieta alimentaria estricta. «Yo no hago dieta, si la hiciera desaparecería. Lo que sí me cambió la vida fue descubrir mis intolerancias alimenticias, vivía cansada y tenía que echarme una siesta diaria, sí o sí. Descubrí que tenía algo en el estómago debido a las intolerancias y cambié mi forma de comer. Como de todo, pero corté radicalmente el azúcar, eso era lo que me provocaba los altibajos, no como nada que le cueste demasiado trabajo digerir a mi estómago, prefiero comer cada dos horas e ir quemándolo. Estos nuevos hábitos alimenticios me cambiaron la vida».
Me han comentado que Sole Basaldua podría lanzar la que sería la canción del verano 2019. ¿Qué hay de verdad en ello? «Es cierto que he escrito un tema, junto a mi amiga Jin Jin, que será un bombazo. Pero aún no puedo adelantar más al respecto por cuestiones de royalties. Estoy muy satisfecha con el resultado de este proyecto».
Además de cantante, bailarina y atleta posee una faceta de actriz irrefutable. ¿Está dentro de sus planes de futuro dedicarse al séptimo arte? «Sí, me encantaría, creo que sería un «challenge», es algo a lo que no estoy acostumbrada, en lo que a actuación se refiere siempre hago lo que me nace o lo que siento que está bien. Estoy aprendiendo mucho de ello estando aquí, no lo descarto, si me ofrecieran algo que me gustase, me lanzaría sin pensarlo dos veces».
¿Qué se siente estando en una fila interminable para un casting y con una competencia abismal? «Hay audiciones que son con directores o con artistas para los que siempre quise trabajar. Hice audiciones con Cher, con Ariana Grande, etc. Son monstruos y, de golpe, la realidad te pega y te das cuenta de a quienes tienes delante. Es lo mismo que cuando me subo al escenario, si no «te agarra el nervio», dedícate a otra cosa. Ha habido audiciones con, literalmente, 600 personas».
Cuénteme su nuevo proyecto discográfico. «Seguramente, llevará como título mi nombre. Lo estoy realizando con los productores Jin Jin, Dev Kennedy, Fabio Campedelli y Alex Rosales».
Hablemos del género femenino. ¿Es difícil ser mujer en Los Ángeles? «Claro que sí, es difícil para todo el mundo, pero para una mujer como yo, que intenta sacar a flote su carrera, es más difícil si cabe. Es una ciudad muy cara y el agotamiento es mortal, tienes que estar mental y físicamente preparada para lo que se te viene encima. La carrera de una artista aquí es difícil, la gran mayoría estamos solas, sin familia y persiguiendo el mismo sueño. Tienes que rodearte de la gente que realmente te apoya y te levanta».
¿El mundo del espectáculo es machista? «Más o menos, la verdad es que aquí está bastante más incluido por una cuestión de, digamos, integración en todo lo que a audiciones se refiere, dan opción a todo el mundo. Últimamente están apoyando mucho a las mujeres, con cada caso que sale a la luz, surge más gente apoyando. Obviamente, todavía hay machismo, pero no es mayoría, gracias a Dios».
A lo largo de su carrera hasta la fecha, ¿ha sufrido el yugo machista? «Sí, hay muchos hombres a los que les encanta hablar e intentan venderte el éxito para obtener otras cosas, eso me ha pasado en varias ocasiones, pero siempre los he visto a la legua. Lamentablemente, siempre hay alguno que lo intenta».
Cuál es su manera de ponerle freno a ese tipo de episodios machistas? «De la mejor manera posible, siendo muy respetuosa, pero por escrito y poniéndole el STOP sin contemplación alguna».
¿Es más fácil ser artista para un hombre que para una mujer? «No lo creo, obviamente, necesitamos más seguridad y protección, en ciertas ocasiones, que los hombres no necesitan, pero creo que el movimiento feminista está creciendo cada vez más y todo el mundo se está dando cuenta de lo que es y abarca ser mujer».
¿Cómo es su día a día? «Una locura. Siempre es como una caja de Pandora porque no sé qué va a pasar. Me levanto a las 05:00 am, doy clases, suelo ir a una media de dos audiciones diarias, suelo tener shoots y también voy al estudio de grabación. Mis días consisten en mucho entrenamiento, bailes, canto y de cualquier locura que salga. Por ejemplo, mañana tendré otro evento en el que tengo que representar a una diosa. Estoy cual Peter Pan en Neverland, nunca se sabe lo que va a pasar».
Profesionalmente hablando, ¿qué le queda por hacer? «Disco, videoclip, más shows y tours mundiales. Quiero ser feliz viviendo de la Música».
¿Cuáles son los valores indispensables para andar por la cuerda floja del mundo del espectáculo sin caerse? «Confianza en mi equipo y fortaleza para seguir hacia adelante».
¿Cómo se visualiza dentro de 20 años? «Si Dios quiere, con una familia y siendo buena en lo que hago y vivir de ello. No me importa la fama».
¿El fin justifica los medios? «Con tal de que sea mediante el trabajo y el esfuerzo, sí. Cuanto más trabajo, mejor salen las cosas».
Un consejo para la nueva generación femenina que ve a Sole Basaldua y quiere ser como ella. «Que no miren para atrás y que no tengan miedo a dar el salto para conseguir su sueño. Si realmente lo quieres, es posible, una se levanta y hace que suceda».
Por: Ale Hernández