Sara Daroca: “Educando con sentido común y mucho humor”

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Fotografía: Rubén De Cándido

Sara Daroca: “Educando con sentido común y mucho humor”

Una profesional, triunfadora, madre y mujer, cuya letra eme (M) forma parte de su definición como persona y la acerca a nuestra filosofía de Más Mujer.

Además nos presenta su blog personal (instagram: @mi.mama.y.sara / facebook: mi mama y sara), en el que nos enseña sus aventuras y anécdotas como antimather de familia numerosa, educando con sentido común y mucho humor.

¿Cómo compagina todas sus facetas, las tres emes, matrona, madre y mujer? «Pues la verdad, no tengo ni idea (risas), creo que van surgiendo y no creo que tengas que compaginarlas, sino que se van mezclando unas con otras. Principalmente, ser mujer y vas añadiendo, ser madre, amiga, amante, profesional, ¡todo! Aún así es necesario hacerse un máster en organización de empresas (risas), lo veo como una empresa, pero si algo se trastoca hay que estar preparada para el caos».

Otra de sus maravillosas ocupaciones es a la que dedica su parte profesional, ¿por qué decidió ser matrona? «¡La verdad es que no lo decidí, en realidad, caí! Quería estudiar medicina (ginecología), pero al final hice enfermería. Estuve unos años trabajando de enfermera y me animaron a ser matrona y, como me encantaba esa rama, me preparé. Por suerte saqué la oposición a la primera, me formé y ahora vivo como madre y como profesional de matrona».

Los que seguimos su blog sabemos que para usted ser matrona no es solo una profesión, ¿podría definirnos lo que es esta profesión para usted? «Para mí significa acompañar a las familias en el momento más especial de sus vidas. Es todo un privilegio, en cada parto te emocionas y en cada parto lloras. Es una profesión maravillosa».

¿Tenía planeado que algún día podría tener una familia numerosa? «¡No, nunca! Teníamos planeado que queríamos ser padres y ser unos buenos padres, pero no, vinieron de sorpresa. Primero uno, luego quisimos otro y, por cosas de la vida, decides no tener más hijos, pero te das cuenta que sí quieres tenerlos, pero te frena la vida, los años, el trabajo, el no tener ayuda, etc., hasta que un día dices: esos no son motivos para dejar de realizar los sueños que tienes de formar una familia. Así que fuimos por el tercero, que se convirtieron en el tercero y el cuarto, ¡patada que nos dio la vida (risas)!, pero nos trajo a los maravillosos mellizos».

Con toda esta locura de familia, hay que buscar un desahogo y lo hace escribiendo en su blog personal, ¿cómo surge? «Pues, efectivamente, es una forma de desahogarte. Todo eso que no puedes gritar lo escribes para que la gente lo lea. Pero a mí me animaron mis amigas, siempre que les contaba mis anécdotas me decían que eran para escribirlas así, como yo veía la vida, como algo divertido, sin drama y como suelo decir: “Educando con sentido común y mucho humor”. Pero también me parece que es algo muy bonito para dejarles a mis hijos, es como una especie de álbum de recuerdos. ¡Qué bonito será cuando mis hijos crezcan y le puedan decir a sus hijos “esta era tu abuela” y esté todo documentado, lo divertida que era y lo mucho que se enfadaba! (risas)».

En su blog habla de que es una madre pirata, ¿a qué se refiere? «No sé ni cuando le conté esta historia a mis hijos, pero fue de forma espontánea, para poder explicarles que no te debes burlar del resto de la gente. “Cuando mamá era pequeña, se burlaban de ella porque le faltaba un ojo, pero creció y se convirtió en una mamá pirata, conoció al capitán pirata y tenían un barco donde surcaban todas las aventuras de la vida”. Esta historia fue un ejemplo matador para los niños: Si se burlaban de mi madre que es fantástica y la mejor madre del mundo, ¿cómo voy yo a burlarme de los demás?”. Para estas historias siempre tengo la ayuda del capitán pirata, el “antifather”, formamos un gran equipo, y del “number one”, que ya le cuenta nuestra súper historia de piratas a sus hermanos pequeños».

La diversidad funcional también forma parte de su vida, aunque siempre dice que no es diferente, ¿por qué? «Pues no soy diferente porque somos diversos, a mí me falta un ojo, pero a otra persona le puede faltar otra cosa, desde un sentimiento o una forma de ser, es decir, todos tenemos algo que nos hace ser diferentes, pero al mismo tiempo somos iguales».

“Los “numbers”, como se hace referencia a los niños en su blog, piensan “a mi madre le falta un ojo, pero bueno… ¡mi madre es pirata y tiene un barco!” ¿Cómo se enfrentan las etapas profesionales teniendo una minusvalía? «Es duro y gratificante. Te enfrentas a la gente que tiene muchos prejuicios, los cuales cada día se ven más normales, pero cuando empiezas a trabajar te cuestionan mucho, el que puedas realizar bien tu trabajo con una visión reducida al 33% y, por primera vez, te da miedo demostrar a la gente y a ti misma que eres capaz».

Le encanta ser pionera y desmentir la maternidad idealizada, es uno de sus objetivos, ¿qué nos cuenta sobre eso? «Pionera, pionera, no, porque hay muchas madres que desmienten la súper mamá. Yo lo cuento y pienso y defiendo que no existe la mamá idealizada, porque la realidad es que te olvidas de las cosas, que no llegas a tiempo a las tutorías, que no siempre preparas desayunos sanos, ni te levantas sonriendo siempre, ni los dejas temprano en el colegio, porque nos falta tiempo, vamos con el corre, corre. Pero, ¿qué pasa?, ¿es malo eso? No, lo que tienes es que saber llevarlo, es decir, sí al corre, corre con tus hijos, pero aún así, ríete por el camino. Lo importante es disfrutar mientras sobrevives».

Riñas entre ser madre y mujer o madre y profesional. En su caso, ¿por cuál tira más? Dígame una riña suya como anécdota.  «Primero tiro por ser mujer, pero también quiero ser madre, profesional, buena pareja y buena amiga. También es cierto que es muy difícil conciliar todas las facetas. No quiero que se lea como un egocentrismo, pero las protagonistas de nuestras historias somos nosotras como mujeres, y luego todo lo que conllevan las decisiones que tomamos: ser madre, profesional, las dos cosas, pero si nosotras no estamos bien, nada funciona».

Riña anecdótica: «sales de una guardia deseando ver a tus hijos y jugar con ellos, y cuando vas subiendo la escalera tu subconsciente dice: “Por favor, que el padre los haya acostado ya” (risas)».

¿La maternidad es el centro de atención o cree que los hijos deben ir al lado de nosotras? «En el blog hay como 13 tips para ser la “antimother” y el último dice que siempre debes pensar en ti. Los hijos no son el centro, caminan junto a ti de la mano y algún día se soltarán para hacer su propio camino, y tú tienes tu pareja, o no, tus amigas, te tienes a ti, por eso insisto en que no se lea como un egocentrismo, solo que somos más que la maternidad, somos un conjunto».

Entonces, defina qué es una “antimother”. «Para mí es no ser perfecta, es reírte de tus propios fallos, es llorar al final del día porque estás cansada, aunque tengas una familia maravillosa, pero que al mismo tiempo achuches a tus hijos, juegues con ellos, y les des la cena deseando que se duerman ya».

Bueno, y como otra más de las “emes” de su vida, tanto en el blog como en su vida, siempre habla de que somos mujeres y nos encanta serlo, así que, como mujer, ¿qué hace para usted? «Intento dedicarme tiempo, aunque sea para no hacer nada o ir al gimnasio o leer, o tomar un café con una amiga, lo que sea, pero parar y escucharme».

¿Es necesario dedicarse tiempo o es necesario tener tiempo para poder dedicárselo? «¡Mira, las dos cosas! (risas). Necesitamos tiempo y necesitamos tener ese tiempo para dedicarlo a nosotras, lo tenemos que buscar. El día debería tener 36 horas y las que sobran después de las 24 horas, serían todas para nosotras».

¿Es partidaria de los tratamientos estéticos? «Soy partidaria de saber reconocernos y querernos como somos, pero sí, es verdad que sí, soy partidaria de los tratamientos estéticos, pero siempre pensando en que nos estamos cuidando. También es muy importante, bajo mi punto de vista, que nos reconciliemos con nuestra nueva imagen corporal después de la maternidad, así que ahí les dejo para pensar: ¿Toco o Retoco?»

¿Qué mejoraría en usted? «¡Uff! [muchas risas] Si voy a lo físico, lo del ojo es algo que tengo tan asumido que si me lo retoco, dejaría de ser Sara Daroca, ya que todo lo que soy lo he forjado por la vida y las circunstancias que mi discapacidad me ha ofrecido. Pero, ahora mismo, después de aceptar que la maternidad ha dejado su huella en mi cuerpo, que me he tenido que buscar otra vez para volverme a encontrar y volverme a querer, yo cambiaría, definitivamente, mis abdominales, sinceramente».

¿En qué cree que ayudan a las mujeres estos tratamientos? «Seguramente, en darte seguridad, porque cuando te sientes segura, la gente te ve segura; si tú te quieres, la gente te quiere. Y es cierto que a las mujeres nos hace falta tiempo, pero también nos hace falta dinero, así que hay que buscar lugares y tratamientos que apuesten por nosotras».

Para terminar con un broche de oro y más ganas, ¿como madre emprendedora tiene futuros proyectos, ilusiones que se harán realidad? «Sí, siempre busco aventuras que correr. Es difícil y arriesgado, pero sí, hay proyectos en el tintero que espero que vean la luz pronto y que salgan adelante conciliando ser madre y profesional».

 

Por Lorena Rodríguez 

 

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