Deporte, mujeres y salud
A pesar de que, cada vez más, la sociedad es consciente de los innumerables beneficios que la actividad físico-deportiva tiene para la salud de las personas, y por tanto, están más concienciadas de incorporar hábitos de vida activos a sus rutinas, a día de hoy sigue sin conocerse muchos de los efectos beneficiosos que esta tiene especialmente para la salud de las mujeres: la prevención de cáncer de mama, la disminución de los efectos de la menopausia, el control hormonal, la reducción del estrés, las migrañas y la depresión; además de los innumerables beneficios psicológicos y sociales; la mejora de la autoestima y la autoconfianza, o la autonomía personal; que conlleva y que cobra especial importancia en determinadas edades.
Al contrario de lo que históricamente se conoce, incluso se prescribe a las mujeres, sobre que el ejercicio cardiovascular es lo más beneficioso para nosotras (a cuántas no nos han recomendado salir a “caminar con nuestras amigas”), los últimos estudios ratifican la importancia que adquiere la incorporación del trabajo de fuerza como actividad complementaria a cualquier otro entrenamiento, y como aspecto fundamental para la mejora de la salud y calidad de vida de las mujeres, así como la prevención de lesiones específicas.
Estudios han mostrado que el entrenamiento de fuerza realizado 2 ó 3 días alternos por semana tiene un efecto positivo sobre la fuerza muscular y la composición corporal.
El trabajo de la fuerza nos aporta calidad de vida, en cualquiera de las etapas o circunstancias en las que nos encontramos, desarrollando los siguientes bbeneficios para las mujeres:
- Aumenta metabolismo basal
- Aumenta la autoestima
- Mejora la movilidad
- Reduce patologías
- Te mantiene en forma durante el embarazo
- Favorece la recuperación después del parto
- Beneficios en pacientes con cáncer
- Beneficios psicológicos
- Previene los cambios funcionales de la menopausia
Si estos ejercicios se realizan al aire libre, mejor, pues la aportación de Vitamina D ayuda a que el calcio se absorba y se fije a los huesos.
Pero las respuestas y adaptaciones al ejercicio desarrollado por una mujer sana de 30 años, tendrán diferencias sustanciales respecto al obtenido por otra mujer de 55 años. Los cambios endocrinos fisiológicos asociados a la edad, en este caso en la mujer, condicionan ese comportamiento diferencial, por lo tanto, es sumamente importante que nos pongamos en manos de profesionales de la actividad físico-deportiva que garanticen que la actividad física que realicemos sea la más adecuada para nosotras -No dudes en consultar la titulación de tu entrenador/a igual que lo haces cuando vas al médico-.
Prevención de enfermedades
El ejercicio físico con cargas moderadas/altas y con cargas bajas/moderadas en mujeres con sobrepeso, producen un incremento de la tasa metabólica de reposo (RMR), que aumenta en gran manera el gasto energético diario.
La actividad física se ha asociado a la reducción del riesgo de muchos cánceres específicos de localizaciones concretas, como el cáncer de mama, de pulmón, de colon y de endometrio. El entrenamiento aeróbico de alta intensidad y el entrenamiento de fuerza puede mejorar la calidad de vida en pacientes de cáncer de mama, una vez descartadas posibles contraindicaciones.
Un análisis de setenta y tres estudios mostró una reducción promedio del 25% en el riesgo de cáncer de mama en las mujeres más activas físicamente respecto a grupos de mujeres menos activas, y las reducciones de riesgo más altas se dieron con actividad física intensa y con actividad física de duración prolongada (Lynch, Neilson y Friedenreich, 2011).
La reactividad de la presión arterial al estrés mental disminuye tras el ejercicio de fuerza en mujeres mayores con hipertensión arterial.
Incontinencia y prolapso
Uno de los temas tabús para las mujeres sigue siendo los problemas con nuestro suelo pélvico. Tenemos que entender que nuestro cuerpo está formado por más musculatura que la superficial y la más interna necesita de un buen trabajo de fuerza para tener la capacidad de sostener y gestionar las presiones que ejercemos dentro de nuestro cuerpo. De ahí la importancia del trabajo del suelo pélvico, pues nos hace de sostén a tres sistemas: el urinario, el reproductor y el digestivo.
A diferencia del suelo pélvico masculino, el de la mujer tiene dos orificios, lo que hace más importante el cuidado de su musculatura para hacer un correcto sostén y mantenimiento de presiones.
El Cabildo de Tenerife, desde su Servicio Administrativo de Deportes y su programa Mujeres y Deporte, lleva años fomentando la actividad física-deportiva para las mujeres de la Isla. Entra en deportestenerife.com si quieres más información al respecto.