Hablar de psicología siempre me resultó interesante a la par que delicado, la mente humana y sus entresijos respectivos son complicados de entender para la población de a pie. Con la debida precaución con la que se debe tratar dicho tema, aprovechando la tesitura del lanzamiento de su ópera prima, «Reiníciate», he tenido el privilegio de charlar de ello con una de sus eminencias, la prestigiosa psicóloga Tamara De La Rosa. Durante nuestro distendido coloquio, tornado en entrevista, Tamara nos ofrece alguna de las claves imprescindibles para comprender mejor la compleja mente humana.
Desde su actividad profesional, la psicología, ¿cuál es su diagnóstico a nivel general sobre el momento actual por el que está pasando la población?
Desde hace unos años, cada vez son más las personas que apuestan por pedir ayuda profesional buscando una estabilidad emocional. Vivimos en una vorágine de exigencias, donde pretendemos hacerlo todo y además bien. Pretendemos ser los mejores padres, los mejores trabajadores y los mejores amigos. Vivimos a un ritmo tremendamente acelerado que, aparte de impedirnos disfrutar de lo que hacemos, con el tiempo puede pasar factura y provocar ansiedad, depresión o trastornos psicológicos en los casos más graves. La crisis económica ha hecho mella en la sociedad aumentando los casos de consulta psicológica por ansiedad, depresión y estrés, entre otros. Son muchas las personas que, de estar acomodadas en su zona confort o habituadas a un determinado estilo de vida, de repente se han encontrado con un cambio sin tener habilidades y herramientas para manejarlo y adaptarse a él. Definitivamente, la crisis económica ha dado lugar a una crisis emocional.
La depresión es un trastorno que al margen de erradicarse, continúa en constante evolución a nivel mundial. ¿Cuáles son los principales detonantes para que, incluso, en el ser humano más fuerte, mentalmente hablando, prolifere este tipo de patología?
Ni siempre tenemos la misma fortaleza mental, ni tampoco existe un detonante común de la depresión. Puede ser cualquier situación que una persona interprete como un problema, como una pérdida, y que no sepa cómo gestionarlo. Problemas económicos, rupturas sentimentales, enfermedades, frustraciones… La depresión aparece cuando consideramos que lo que nos sucede no tiene solución, hagamos lo que hagamos. Entramos en el convencimiento de no poder superar determinadas situaciones y aparece la desesperanza. Aquí es cuando la persona afectada, por este trastorno de estado de ánimo, pierde la ilusión por todo, incluso por lo que hasta ese momento ha sido lo más importante de su vida (familia, amistades, trabajo). Aparece la incapacidad de disfrutar de la vida.
¿Cuál es la manera más efectiva de detectar a tiempo dicha patología?
Ocasionalmente, todos nos sentimos tristes, pero estos sentimientos, por lo general, desaparecen en unos días. Cuando se mantiene en el tiempo interfiriendo, con dolor, en nuestro día a día, es cuando empieza a ser un problema. Si observamos cambios, como sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad y pesimismo, sentimientos de culpa, inutilidad, irritabilidad, inquietud, pérdida de interés en hacer cosas con las que antes disfrutábamos, incluida, las relaciones sexuales, fatiga y falta de energía, dificultad para concentrarse, recordar detalles, tomar decisiones, insomnio, despertar muy temprano, o dormir demasiado, comer excesivamente o perder el apetito, dolores y malestares persistentes, dolores de cabeza o problemas digestivos que no se alivian, incluso con tratamiento y los cuales no son habituales en nosotros, puede ser señal de haberle abierto la puerta a este trastorno y haberlo invitado a tomar café.
¿Es posible convivir con una persona que padezca depresión sin tener que caer por ello en la misma?
Convivir con una persona que padece este trastorno puede resultar muy difícil y desgastador. En un principio, nos mostramos con paciencia, tolerancia y muchísimas muestras de apoyo y afecto, pero, a medida que pasa el tiempo y la situación no mejora, aparece el cansancio y desgaste emocional por parte de quien convive mucho tiempo con ellos. Tanta negatividad, si no sabes lidiar con ella o gestionarla, acaba por aplastarte. Por este motivo es muy importante acudir a consulta psicológica, no solo quien tiene depresión, sino quien convive con estas personas para asesorarse, y poder llevar unas pautas a la hora de tratar con las personas que sufren este trastorno y así, poder ayudarlos, pero evitando el dejarse arrastrar por tanta negatividad. No hemos de subestimarnos y debemos recordar que las emociones y los estados de ánimo se contagian.
Como la eminencia que es en su profesión, se encontrará a diario con diversas patologías, ¿cuál es la que más abunda?
Desde hace unos años, el mito de que ir al psicólogo es cosa de locos ha ido desapareciendo y parece que muchos se van concienciado que al igual que entrenamos el cuerpo, es necesario entrenar la mente para, simplemente, ser felices. En consulta trabajo un campo muy variado tanto respecto a edades como respecto a motivos de consulta. Además estos últimos años ha habido un cambio de cara a los motivos de terapia. La mayoría de mis pacientes acuden por estados de ansiedad y depresión, dependencia emocional y deterioro en la autoestima, pero también, hoy en día, son muchas las personas que acuden no solo cuando tienen un problema y quieren aprender a gestionar sus emociones frente a este, sino que también acuden con el objetivo de mejorar, superarse, potenciar sus fortalezas y alcanzar propósitos. Puro crecimiento personal. Por fin nos damos cuenta, que de nada nos sirve querer alcanzar o hacer algo, si a nivel inconsciente, no nos sentimos capaces de poder conseguirlo. Las emociones tienen un papel fundamental en nuestro comportamiento y la llave está en una buena gestión del pensamiento.
¿Un profesional de la psicología debe empatizar con las patologías de sus pacientes?
Siempre. Cuánto más entienda cómo puede sentirse, por muy irracionales que sean sus conductas, antes podremos darle las herramientas necesarias para que gestione sus emociones. La empatía debe ser una cualidad a practicar siempre, y por todos (psicólogo y no psicólogo).
¿Se suele llevar su «trabajo» a casa?
No. Todo en exceso es perjudicial para la salud y el exceso de empatía también lo es. Es cierto que ha habido casos que, por su gravedad, quizás me vienen a la cabeza fuera de horario laboral, pero lo gestiono bastante bien e inmediatamente lo borro de mi cabeza. Doy el cien por cien de mí en las consultas, trabajo marcando objetivos semanales y doy pautas y herramientas para hacerlo. Trabajo mucho la motivación y la gestión de emociones para que el paciente se sienta con fuerza, sobre todo, a dar los primeros pasos. Lo que no puedo es dejarme arrastrar por los problemas de otros. Si no, ¡imagínate! Si me sobrecargo de empatía no podré ayudarles de manera objetiva ni efectiva.
El pasado 23 de noviembre presentó su ópera prima, «Reiníciate, todo empieza por uno mismo», ¿cuál es la finalidad de dicho libro?
“Reiníciate” es una especie de “manual”, donde el lector podrá encontrar herramientas y estrategias para aprender, tanto a gestionar sus emociones y superar los momentos difíciles con mayor facilidad y de manera más efectiva, como para trabajar su crecimiento y desarrollo personal. No se trata de un libro que te venda el aprender a vivir sin dolor, sino que te enseña a convivir y lidiar con él de la mejor manera y así, poder continuar hacia adelante a pesar de las emociones incómodas que aparecen en muchas situaciones. Lo que he hecho en «Reiníciate» es escoger los temas que más trato en consulta o por los que más me preguntan a través de las redes, y los he desarrollado dando pautas a seguir, e incluyo algunos ejercicios en cada uno de estos temas. Ansiedad, depresión, amor, dependencia emocional, lidiar con personas tóxicas, zona confort, habilidades tan necesarias como aprender a decir “no”, aceptar una crítica deportivamente, hacer críticas constructivas, cómo afrontar los miedos, manejo de la frustración, consejos para padres y otros son algunos de los temas que aparecen en «Reiníciate».
¿A qué público va dirigido?
A todas las personas que quieren dejar de sobrevivir para empezar a “Vivir bien”. Con frecuencia somos conscientes que estamos en lugares donde no queremos, o no merecemos estar, pero por el miedo al fracaso o a arrepentirnos, nos conformamos y nos convertimos en meros espectadores de nuestra vida viéndola pasar. Lo que trato con «Reiníciate» es trasmitir que cualquier momento es perfecto para empezar de cero y convertirnos en los protagonistas de nuestra propia historia.
Con la que está cayendo… ¿Por qué se ha decidido a publicar su primer libro en estos rudos momentos?
Llevo tres años publicando en prensa y a través de las redes sociales. He observado que son muchísimas las personas que están receptivas a los temas sobre los que escribo y me animé a hacer algo diferente. Muchos de los que me siguen a través de las redes fueron los que me animaron a escribirlo y a mí, que no hay nada que me guste más que marcarme retos, me lo propuse y nació «Reiníciate».
¿Cuáles son los primeros síntomas para saber que se debe solicitar la ayuda de un psicólogo?
Cuando una persona pasa por una situación difícil, o por un momento donde no consigue hacer una buena gestión de sus emociones, debe acudir a un profesional que le oriente o enseñe a utilizar las herramientas necesarias para gestionar ese episodio. De la misma manera, que si nos duele una muela no dudamos en ir al dentista, o si tenemos problemas musculares acudimos a un fisio, ¿por qué no vamos a acudir a un psicólogo, si observamos cambios en nuestro estado de ánimo, problemas de ansiedad, desgana, frustración y demás? No todo lo cura el tiempo. Muchas veces, incluso, lo empeora.
Se suele decir, popularmente hablando, que: «Es preferible sufrir un cáncer que cualquier patología mental», ¿está de acuerdo con ello?
No me atrevo a hacer tal comparación. Lo que sí es cierto es que los obstáculos aparecen solos, pero somos nosotros los que escogemos la actitud con la que afrontarlos y eso tiene que ver con la fortaleza mental. No se siente de la misma manera una persona con cáncer, si tras aceptar la situación toma una actitud positiva y optimista ante la vida, que otra, que aparte de estar enferma físicamente, se enferma mentalmente.