Goya Alonso: «Trabajo para que Afur no sea un pueblo olvidado»
Gregoria Alonso Jiménez, más conocida como Goya por todos los que la han tratado, nació en Afur (Anaga) hace ya siete décadas. A lo largo de su vida ha desempeñado una tarea determinante en el desarrollo de Anaga para avanzar en materias tan importantes como las carreteras, el transporte o el servicio sanitario.
Mujer sencilla, alegre, divertida y trabajadora, ha tenido que superar muchos baches en su vida, pero nunca se ha rendido, porque en el diccionario con el que se maneja para presentarse ante políticos y empresarios no existe esa palabra.
Su padre, Ángel Alonso, alcalde pedáneo de Afur durante muchos años, fue el impulsor de la primera carretera que llegó al pueblo. Ella, de alguna manera, continuó su labor en el movimiento vecinal.
¿Cuántos personas viven actualmente en Afur? «Somos 68 vecinos, todos personas mayores. Los jóvenes tienen que salir a buscarse la vida y, por lo general, no regresan. Al estar dentro del Parque Rural de Anaga la construcción está limitada y se ven obligados a buscar una vivienda en otro lugar».
¿Teme que Afur desaparezca? «Llegará un día en que ya no quede ninguno de los vecinos que vivimos ahí. Tal vez algunos de los que se han ido decida ocupar la vivienda de sus padres, pero es muy difícil que eso suceda».
¿Se siente orgullosa del trabajo que ha llevado a cabo por Afur? «Llevo trabajando para que Afur no sea un pueblo olvidado desde 1977. Se han conseguido muchas cosas a base de pedir muchos favores. La verdad es que, aunque pueda parecer muy pesada, no me canso de pedir, pero siempre hay personas generosas que colaboran y, entre todos, hacemos que las cosas se vayan consiguiendo. No es una tarea fácil, pero a mí me gusta lo que hago».
¿Qué le falta a Afur?, ¿qué reclaman los vecinos? «Si le soy sincera, lo que pedimos ahora mismo es que se mantenga lo que tenemos. Hoy por hoy, es uno de los mejores barrios de Anaga. También es cierto que nos ha costado mucho conseguir lo que tenemos. Aún así, estamos reclamando un puente desde el año 1991 en el Barranco de Tamadite. En el año 2017 pusieron una maqueta en la plaza, pero aún no se ha llevado a cabo la obra».
Entre otras muchas cosas, esta mujer coraje ha luchado para que Afur cuente con un servicio de transportes que permita a los vecinos estar bien comunicados o con un servicio sanitario con visitas médicas varios días a la semana. Sabe que no es imprescindible, pero tiene muy claro que todavía le quedan muchas cosas por seguir y continuará trabajando para que así sea.