Lorena Crusellas: «Para gestionar una ONG es fundamental la perseverancia. Hay que ser muy pesada»

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Lorena Crusellas - Fotografía de Rubén De Cándido

Lorena Crusellas: «Para gestionar una ONG es fundamental la perseverancia. Hay que ser muy pesada»

Si tuviera que definir a Lorena Crusellas lo haría como “una mujer perseverante». Esta socióloga, visionaria, madre y fundadora de la ONG «Prevenir» se pasa la vida luchando contra vientos y mareas de burocracia para presentar su programa de prevención en el área de la salud y la educación en edades tempranas «Nino y Nina».

Risueña, decidida, solidaria y fiel luchadora en pro de la igualdad real, Lorena es mucho más valiente de lo que cree. Con el sabor agridulce característico de algunas batallas perdidas, esta mujer de raza prosigue la senda de su sueño, la prevención y la educación, sabiendo que en algún momento el rudo asfalto se convertirá en un camino más transitable.

 ¿Quién es Lorena Crusellas? Soy socióloga, estudié en Bilbao y dedico mi vida al emprendimiento social. A través de ello lo que hacemos es aportar nuestro granito de arena al mundo, en lo que se pueda, mediante una estructura social. Desde hace algunos años me dedico al tema de la prevención a través de la ONG «Prevenir» que fundamos en Portugal para cubrir una carencia que habia, en lo que a programas preventivos se refiere, en el área de la salud y de la educación desde edades muy tempranas, trabajamos con niños y niñas de 3 a 6 años de edad. Desde 2014 tenemos también una delegación en España. Casi todo mi tiempo lo ocupa mi trabajo, por lo tanto, Lorena Crusellas, es su trabajo.

Es una mujer trabajadora y madre de un niño. ¿Cómo compagina su extensa vida laboral con la crianza y educación de su hijo sin tener el apoyo paterno? Una tiene unas capacidades – por eso es tan importante que se trabaje desde el ámbito familiar – que me han hecho ser muy resistente a todas estas adversidades que van surgiendo. Siempre he tenido la suerte de contar con una familia en la que no existían diferencias entre chicos y chicas, me impulsaron con esa valentía. Me encontré con una situación que no esperaba, llegué a pensar que no era capaz de llevarla, tanto por mi trabajo tan absorbente como por la relación que mi hijo tenía con su padre. Sentí miedo, pero al final me he ido encontrado con una serie de mujeres en la misma situación, que parecemos superwomen sin capa, y lo he logrado. El día a día es más duro, pero es reconfortante. Tengo mucho cuidado para que mi hijo no extrañe mucho mi presencia ya que no me queda otro remedio debido a mi trabajo.

Para la lucha por la labor social, ¿una nace o se hace? Se hace, todo el mundo que tenga la voluntad o las ganas de realizar algo, lo hace. Es cierto que hay que tener algo dentro de ti que te lleve a hacerlo. Soy una ONG con “patas”. Si hay algo que aprendí en la vida es a diferenciar el bien del mal, y opté por ser buena.

En términos generales, se suele pensar que una ONG es un lugar a donde se acude en los tiempos libres a realizar una ayuda social sin ánimo de lucro. ¿Qué es una ONG según su experiencia? Es complicado ya que hay diferentes tipos de entidades de tercer sector. Por ejemplo, la ONG que nosotros llevamos podría tener otra denominación, como si fuese una consultora, que realmente es lo que hace. Es un modelo de negocio social en el que tú misma generas ingresos con los productos que haces, no para beneficio personal sino para seguir invirtiendo en el trabajo y en las personas. Estás investigando y creando productos y todo eso se paga. La idea de que todos los que llevamos una ONG tenemos que estar en la caridad me parece arcaica.

¿En qué consiste y porqué se creó el programa «Nino y Nina»? «Nino y Nina” es un programa que se destina a formar y a capacitar al profesorado en lo que es la educación infantil. Desde hace muchos años las entidades que llevan esta materia, como lo son la OMS, el Observatorio Europeo de la Droga, UNICEF, etcétera, han ido apuntando que, las intervenciones, cuanto más tempranas sean, mejor funcionan. Esto da lugar a que existan programas que están estructurados para obtener los resultados óptimos, y esto es lo que está aportando «Nino y Nina». A lo largo de dos cursos se trabaja con el alumnado, las emociones, la disciplina, la capacidad de autocontrol, todo ello trabajando con unos personajes que sirvan al alumnado de referencia. «Nino y Nina» enseña a controlar nuestro cuerpo, a que todos somos iguales pero que tenemos nuestras diferencias y hay que saber aceptarlas y el respeto por los demás. Todo ello lo enseñamos desde edades muy tempranas.

¿Funciona? Sí, sí funciona. Pese a que en la prevención los resultados son muy difíciles de probar, debemos tener en cuenta que estamos trabajando en edades muy tempranas, de 3 a 6 años de edad, por lo tanto, no te puedo decir que aplicando el programa «Nino y Nina» desde edades tan tempranas cuando lleguen a la adolescencia no sean conflictivos, pero sí van a tener unas herramientas que les haga conscientes de sus opciones a elegir.

Puedo decir que, a corto plazo, sí funciona. Hemos podido comprobar como hablan con positividad de los demás, han aprendido técnicas de autocontrol para relajarse y el lenguaje emocional se observa de inmediato.

¿Es complicado trabajar con niños y niñas? Me parece una maravilla, son tan puros… Me encanta que me hagas esta pregunta, porque cuando estás a diario en la calle, carpeta en mano, intentando vender este proyecto que se debería vender solo, cuando llegas y estás con los niños y las niñas, esa naturalidad que desprenden te hace todo muy fácil.

¿Se siente apoyada en Tenerife con el programa «Nino y Nina»? Me he encontrado con bastantes personas que hablan mi mismo lenguaje, con lo cual, te puedo decir que sí, pero a nivel generalizado, en plan estructura, que me apoyara la Consejería de Educación, no. Ya he tenido contestaciones como: «Esto ya lo hacen», «Nosotros tenemos cosas». Luego me encuentro con que el profesorado está en nuestras formaciones, buscando nuestras técnicas y buscando el apoyo. A nivel gubernamental no he encontrado apoyo, a nivel local sí lo he encontrado.

Lorena Crusellas – Fotografía Rubén De Cándido

Dentro del programa, ¿cuáles son los casos más difíciles que ha encontrado? Hoy en día, y en muchas ocasiones, con familias desestructuradas y en los lugares que menos te imaginas. Me he encontrado casos dramáticos, por ejemplo, niños con su madre ejerciendo la prostitución que se duermen en clase porque la persona que los cuida los ponen a dormir y, cuando llega la madre, está despierto de noche; problemas de malos tratos intentando que los técnicos no se pudiesen situar para poderlo denunciar. Se pasan situaciones muy duras.

A «Nino y Nina» se suma otro programa derivado a la adolescencia. ¿En qué consiste? Este programa nació porque nosotros hacemos una intervención longitudinal, es decir, que comienza con la intervención en edad infantil y se mantiene a lo largo de varios años. De ahí nació un programa que nos pidieron en Portugal que les ayudase con el consumo de tabaco y lo que hicimos fue conseguir alargar la gestión de pares y los hábitos de vida saludable y mantenerlos en la adolescencia, incorporando la sexualidad, el respeto por los iguales y el saber decir «No» sin que sientas mal por decirlo.

¿Qué es más fácil trabajar con los progenitores o con los niños? Con los niños, porque, a no ser que encuentres a progenitores que sigan siendo niños, es muy difícil trabajar con padres y madres sin que piensen que les quieres decir que algo de lo que están haciendo está mal. Nosotros hacemos talleres familiares, pero no es programa de intervención familiar, eso quiero que lo haga el colegio. El profesorado es la vía más natural para la intervención.

Como parece, nada es suficiente y también ha creado un programa de ayuda a la mujer. Háblame sobre «Conecta contigo». Este programa nació bajo petición de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias dado el problema que estaban teniendo con respecto al consumo de psicofármacos en las mujeres. No podemos medicalizar el sufrimiento humano. La depresión que debe ser tratada es la que tiene un componente que genera tu cuerpo porque tienes un problema en sí. Lo que hacemos con las mujeres es intentar sensibilizar con un taller que pusimos en funcionamiento dedicado a los consumos para que, de esa manera, se dieran cuenta de la diferencia que hay entre hombres y mujeres a la hora de las prescripciones médicas. Si alguien necesita un químico tiene que ser con revisión médica continua. Lo que hacemos es desmitificar.

¿Cómo y cuándo nació «Prevenir»? Yo trabajaba en Sanidad, en el Gobierno de Canarias, y fui a Portugal porque allí está el Observatorio Europeo de la Droga. Siempre le decía a mi jefe, que por aquella época era Guillermo Guigou, que quería ir allí y logré que me enviase. En aquel momento me tocó estar con la jefa de prevención; pasados dos años, por motivos personales, decidí irme, pero me llamaron del observatorio para hacer unas prácticas. A raíz de ahí empecé a estudiar los programas que había sobre prevención; conocí a un prestigioso psicólogo que me propuso hacer un programa europeo de prevención. Empezamos en Portugal, y como había que ponerle un cuerpo a la estructura, abrí la ONG con un cheque de 50.000 euros en la mano porque ya un ayuntamiento me había comprado el programa sin existir la estructura. Así empezó la aventura.

De un tiempo a esta parte, valorando los resultados obtenidos, ¿ha valido la pena tanto esfuerzo? Vale la pena, sí. En primer lugar, porque eres libre, aunque es cierto que he estado a punto de tirar la toalla y no lo he hecho gracias a todas las personas que me han apoyado, pero en la fase en la que estoy, claro que me lo planteo, sobre todo por mi hijo. No sé si voy a seguir así para siempre. El año pasado lo pasé muy mal y con mucho miedo. Canarias es un territorio maravilloso y estoy muy contenta de estar aquí, pero mi campo no es nada fácil desarrollar aquí mi trabajo.

¿Cuáles son los valores fundamentales para gestionar una ONG? Esencialmente uno: la perseverancia. Hay que ser muy pesada.

¿Cuál es su sueño recurrente? Algo internacional, hacer algo a nivel mundial.» Nino y Nina» da para mucho y funciona en varios formatos, ahora hemos apostado por el televisivo. Si alguien pudiera coger el producto, porque contenido ya lo tiene, me gustaría que existiera un programa de televisión de «Nino y Nina».

¿Qué pasos a seguir faltan para llegar a la igualdad real? Educación, ganas y no rendirse. Creo que a nivel político se está haciendo bastante al respecto, pero si las bases y los que estamos al pie del cañón no le ponemos educación y ganas, no conseguiremos la igualdad real.

 

Por Ale Hernández.

 

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