Emprendimiento femenino: desafíos y consejos

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Aunque el emprendimiento no se limita a cuestiones como el género, sabemos que, para cuestiones históricas, políticas y sociales, el emprendimiento femenino -es decir, el liderazgo femenino en empresas propias o no- es un tema que solo recientemente ha sido discutido, analizado e impulsado. 

Históricamente, el predominio de las empresas dirigidas por hombres, ha creado un entorno desfavorable para las mujeres que deseaban emprender u ocupar puestos de liderazgo.

Sin embargo, con la intensificación de los debates sobre la equidad de género, el emprendimiento ha abierto cada vez más sus puertas a la participación y protagonismo de las mujeres.

Por lo tanto, es de suma importancia comprender el escenario actual del emprendimiento femenino, sus desafíos y cómo el liderazgo femenino ha impactado a las empresas e industrias de todo el mundo.

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¿Qué es el emprendimiento femenino?

El emprendimiento femenino puede definirse como el proceso de iniciativa para empresas dirigidas por una o más mujeres, así como iniciativas de liderazgo en las que las mujeres ocupan altos cargos dentro de las empresas: administración, liderazgo, presidencia y similares. 

En la práctica, es una forma de emprendimiento tal y como lo conocemos – identificando problemas y creando negocios que ofrezcan la solución para ellos – en la perspectiva y el protagonismo de las mujeres emprendedoras.

Y no se equivoquen: aunque el tema ha salido a la palestra recientemente, especialmente con la pandemia, las mujeres empresarias siempre han existido 

Según GEM research (Monitor of World Entrepreneurship), hubo alrededor de 274 millones de mujeres involucradas en negocios y nuevas empresas, y 139 millones de gerentes y propietarios de negocios en todo el mundo en 2020. 

Este número revela cómo la participación femenina en los negocios y el emprendimiento ha creado un ecosistema emprendedor con un inmenso potencial de crecimiento y generación de nuevas soluciones a los problemas del mundo globalizado.

¿Cuáles son los retos del emprendimiento femenino?

Aunque el número de mujeres empresarias ha aumentado en los últimos años, aún queda mucho por lograr para que haya equidad entre las empresas idealizadas por los hombres y las idealizadas por las mujeres.

También según el estudio GEM, hay dos tipos de factores que influyen directamente en el emprendimiento femenino: factores estructurales y factores culturales. 

Los factores estructurales involucran cómo funciona el mercado: a nivel mundial, las mujeres tienen más probabilidades de liderar empresas más pequeñas en comparación con los hombres. Del mismo modo, tienen un 24,6% más de probabilidades de iniciar un negocio por su cuenta, lo que aumenta los desafíos a superar para que la empresa prospere. 

Además, la segmentación de género en empresas e industrias influye en la percepción de quién (o mejor dicho, el género de quién) debe ocupar puestos de liderazgo, de modo que, a nivel global, las mujeres tienen un 50% menos de probabilidades de ocupar puestos de alta dirección. 

Los factores culturales, por otro lado, implican la forma en que la sociedad percibe e interpreta el llamado papel de género, es decir, cómo los hombres y las mujeres deben seguir sus trayectorias profesionales y qué lugares ocupar en la sociedad. 

¿Cuál es la importancia de alentar a las mujeres a emprender?

Fomentar el emprendimiento es fundamental por varias razones, y la principal es la eliminación de la desigualdad de género y la generación de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, considerando que la aptitud y las habilidades de liderazgo no dependen de este factor. 

Además, estimular el protagonismo femenino en las empresas es importante por las siguientes razones:

  • Diversificación del entorno emprendedor a través de la inserción de nuevos líderes, nichos y áreas de actividad; 
  • Oxigenación del mercado, gracias a la aparición de nuevos emprendimientos e ideas que contribuyan a la economía en su conjunto; 
  • Valorar los talentos y habilidades blandas de las mujeres; 
  • Expansión del ecosistema emprendedor, generando nuevas oportunidades de empleo y estimulando el consumo; 
  • Independencia financiera femenina: las mujeres empresarias contratan, por supuesto, a otras mujeres. 

El desarrollo del emprendimiento femenino no solo es importante para la sociedad y el mercado en su conjunto, sino también extremadamente  beneficioso, porque, al reducir las brechas de género, hay una sociedad más igualitaria y plural en ideas, negocios y oportunidades. 

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