El cambio ya está aquí. Hostelería y Coronavirus
La hostelería enfrenta el hecho inequívoco de que este virus va a cambiar las pautas y protocolos de trabajo y servicio en sus instalaciones.
A pesar de que las autoridades sanitarias europea y española ya han reconocido y publicado que el virus SARS-CoV-2 (Coronavirus) no se transmite a través de la comida, la hostelería enfrenta el hecho inequívoco de que este virus va a cambiar las pautas y protocolos de trabajo y servicio en sus instalaciones.
El contagio persona a persona va a marcar el riesgo de referencia. Cobrarán importancia los protocolos de higiene y trato con el comensal, incluso habrá que reinventarse para el “take away” o el reparto a domicilio. No es un panorama desalentador y terrorífico, es una época de cambio y seguro podemos adaptarnos. Hay que encontrar el modelo que más se adapte a nuestra política de negocio.
Algunas de las acciones que habrá que implementar durante los próximos meses son:
- Aplicar un aumento de la distancia interpersonal entre sí de los comensales y con el personal de servicio. En muchos casos inevitablemente habrá que reducir aforo en el local para también aumentar los espacios de paso. Esto podría, por ejemplo compensarse con una estrategia en los horarios de servicio a través de la aplicación de turnos de comida, haciendo segura la entrada y salida de comensales.
- Incluir en la uniformidad del equipo los equipos de protección individual como la pantalla protectora para la cara (que personalmente prefiero porque bloquea y recoge el paso de gotitas de saliva, siendo desinfectable y reutilizable; y permite la visibilidad de la cara manteniendo el necesario contacto visual con las expresiones faciales) y el uso de guantes (dando formación al personal de su uso correcto)
Se me ocurren muchas estrategias añadidas que aumentarían la confianza y sensación de seguridad del comensal, ayudándonos a atraerlo a nuestro local, como llevar la comida cubierta a la mesa, sistemas de comanderos directos de mesa a cocina, separaciones físicas en sala con mamparas, etc. , pero van a estar supeditadas a la política de cada negocio y las elecciones de su propiedad.
Lo que sí parece inevitable es el impacto negativo en modelos de servicio de comidas listas para consumo de autoservicio, como los buffet, dada su vulnerabilidad a las malas prácticas de los numerosos comensales que interaccionan con la comida. Su única opción es reinventarse y un modo podría ser suplir la oferta con elementos empaquetados, seguros para su manejo.
En cualquier caso, seguir adelante es posible, no va a ser fácil, pero estoy segura de que veremos ejemplos de éxito a los que poder imitar y apoyarnos entre tod@s.
Gabriela Brieba Plata Experto Europeo en Seguridad Alimentaria.