Una de utopías: “Captain Fantastic”

 

“Captain Fantastic” es una ficción de Matt Ross que relata la historia de Ben (Viggo Mortensen),  un hombre que ha pasado diez años viviendo en los remotos bosques situados al noroeste del Pacífico criando a sus seis hijos. Sin embargo, las circunstancias hacen que tan peculiar familia deba abandonar su modo de vida en la naturaleza y volver a la civilización, asimilar su nueva situación y adaptarse de nuevo a la sociedad moderna, algo que  no les va a resultar nada sencillo.

 

Una película peculiar, entretenida y obligatoria, que da durante su casi hora y media de duración una bofetada a la sociedad contemporánea e hiperconectada. Cierto es que, en ocasiones, algunos aspectos en los que Ben cría a sus hijos puede resultar utópicos; sin embargo, considero que el mensaje que se intenta transmitir con esta cinta no es sobre formas alternativas de vivir, sino llevar al espectador a la reflexión sobre la manera en la que vive, a las cosas que le da importancia.

 

Un Viggo Mortensen fantástico y un elenco de jóvenes actores asombrosos. Seis hijos con diversas personalidades y una visión del mundo totalmente distinta, conscientes del mundo en el que viven, realizan cada vez que pueden una muestra de sus habilidades y abundantes conocimientos, aunque particularmente algunos de mis momentos favoritos de “Captain Fantastic” se basan en la crítica que hacen los más pequeños al capitalismo, a la religión y a la educación.

 

Esta familia, que de convencional no tiene ni un pelo, no solo se enfrenta al juicio de la familia materna, en desacuerdo con la forma de educar y enseñar a los niños, sino que también se desarrollan conflictos entre ellos. Un joven adolescente que desea adentrarse en la sociedad mercantilista e hipócrita de la que sus padres han querido alejarle, 2 pequeños que no superan los 10 años que se mueren por probar una hamburguesa y un batido,  2 preadolescentes que intentan superarse a sí mismas y temen por no poder afrontar el mundo “real”, y un pubescente enfadado con la realidad que su padre ha creado para él y dolido por la pérdida su madre.

 

Sin duda, celebrar el Día de Noah Chomsky es uno de los guiños más cómicos e introspectivos de la película. Si le sumamos un final, desde mi punto de vista, menos atrevido en comparación con el conjunto, pero emocional y respetable, obtenemos lo que ha sido una de los dramas más provechosos de este último año.

 

“Cuando hagas el amor con una mujer escúchala, cuídala y respétala, aunque no la ames”, aconsejaba Ben a su hijo mayor al final de la película. Y es que “Captain Fantastic” no solo da lugar a meditar, también nos hace recordar aquellos valores olvidados y necesarios.

 

Por: Sofía Ramos

 

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