La sangría está considerada como una bebida alcohólica refrescante típica de España y que normalmente está compuesta de vino, fruta picada, azúcar y licor. Su consumo se traslada hasta la primera década del siglo XIX según algunos expertos.
El secreto de la sangría reside en que la fruta debe ponerse a macerar durante un par de horas, para que la bebida resultante sepa efectivamente a fruta fresca. Si realmente queremos obtener una rica sangría, debemos respetar ese plazo de 2 horas, entre otras cosas, para que las características del vino no se vean alteradas y para evitar que la fruta fermente por la acción del azúcar y del alcohol, además evitaremos que la fruta que se va a macerar esté en contacto con el aire, para evitar su oxidación, efecto que no estropeará el resultado, pero sí estropeará el aspecto de la fruta, haciéndolo poco agradable a la vista. Teniendo en cuenta estos detalles, una buena sangría es fácil de conseguir, ya que la preparación sólo requiere mezclar los ingredientes ya fríos.
La sangría no puede ser considerada un cóctel. Se diferencia de ellos en que se prepara en jarra y no en coctelera y la preparación se hace con cierta antelación en la cocina y no a la vista del público tras el mostrador del bar. No se sirve en copa, sino en vaso. No es bebida de bar, sino de casa de comidas. La sangría tiene la consideración de bebida de mesa, «boisson de table», en el sentido de que es apta para acompañar almuerzos y cenas.
Aquí tenemos la receta más tradicional de la sangría.
Ingredientes:
– 1 litro de vino tinto
– 2 melocotones frescos
– 1 manzana
– 1 pera
– Media piña natural
– 2 limones
– 1 naranja
– 1 copa de coñac
– 4 cucharadas soperas de azúcar
– Nuez moscada
– Medio litro de gaseosa o soda.
Preparación:
Tomamos un buen recipiente, y echamos el vino tinto. Después sacamos el jugo de uno de los limones y lo mezclamos con el vino.
Le añadimos una naranja y un limón troceados en gajos. Añadimos toda la fruta picada en dados y mezclamos en el recipiente con el vino tinto. Disolvemos el azúcar en agua caliente para que se derrita un poco y la incorporamos al vino. Por ultimo añadimos el coñac y la nuez moscada y removemos para mezclar bien todos los ingredientes.
Dejamos reposar unas 2 o 3 horas para que la fruta deje todo su sabor. Para servir, completamos el vaso de sangría con unos cubitos de hielo y un poco de gaseosa o soda.
@MMujerCanarias