Spas y saunas: ¿Sabes cuáles son sus beneficios?

 

 

Entre los beneficios de los spas y las saunas encontramos virtudes tan diferentes como eliminar el estrés, suavizar la piel, eliminar toxinas, aliviar dolores musculares… pero ¿pueden ayudar a mejorar la circulación sanguínea?

 

Un baño de corrientes de agua fría o un rato en la sauna pueden ser muy beneficiosos para la salud, y por ello la sociedad ha dejado de lado la percepción de lujo que tenía sobre los spas. Entre sus beneficios encontramos virtudes tan diferentes como eliminar el estrés, suavizar la piel, eliminar toxinas, aliviar dolores musculares y/o de articulaciones… puede incluso ayudar a la quema de grasa y promover el sueño profundo.

 

Pero, centrándonos en lo que nos interesa, ¿puede ayudar a mejorar la circulación sanguínea? La sauna, por ejemplo, con sus altas temperaturas y el gran porcentaje de humedad que hay en el espacio cerrado puede ayudar a activar la circulación sanguínea y a bajar la tensión arterial. Esto sucede porque con el calor el cuerpo libera endorfinas, lo que ayuda a que el cuerpo obtenga un efecto calmante, se dilaten los vasos sanguíneos, y mejore por tanto la circulación.

La suma de la estancia dentro de la sauna no debería superar los 10-15 minutos y hay que complementarla con una ducha de agua fría.

Para hacer un adecuado uso de la sauna y que este proceso pueda beneficiar al retorno venoso, hay que tener en cuenta que la temperatura aumenta de abajo hacia arriba al contrario que la humedad de aire, que disminuye a medida que subes. Para no fatigar el sistema circulatorio se recomienda comenzar en el banco inferior, subir al del medio a los 2-3 minutos y a los cinco minutos más colocarse en el superior. La suma de la estancia dentro de la sauna no debería superar los 10-15 minutos y hay que complementarla con una ducha de agua fría.

 

Este cambio de temperatura que se crea en el cuerpo por el calor de la sauna y el frío de la ducha ayuda a mejorar el retorno venoso, efecto que también se puede conseguir con corrientes alternas de agua caliente y fría.

 

Hay centros que han implantado la nueva técnica criosauna, se trata de una “cámara frigorífica” que expone nuestro cuerpo durante periodos de entre 1 y 3 minutos a temperaturas de entre -110 y -196 grados. Al recuperar la temperatura corporal de 37 grados se produce una vasodilatación que repercute al oxígeno en sangre y aminoácidos.

 

 

 

Fuente: Quehaydenuevo.com

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