Mercedes Naranjo, la escultora de las manos violetas
Gala Dalí, Zelda Fitzgeral, Renée Perle, Lee Miller todas mujeres y musas de grandes artistas de distintos momentos, inspiraron a Salvador Dalí, Pablo Picasso, Jacques Henri Lartigue, André Breton… La lista podría ser muy extensa y ocupar todos los periodos y todas las artes. Cada hombre ha tenido a su musa y mientras las mujeres artistas quedaban en un segunda plano, escondidas bajo un pseudónimo, ellos pasaron a la historia.
Cierto es aquello de que todo se sabe y se han recuperado y dado la posición que se merecen todas aquellas que no inspiraban a otros sino que a ellas mismas. Y de esas mismas, pero retractándonos algunos siglos más adelante, de las que se hablará en esta entrevista. Más bien de una en concreto.
Fue en mis comienzos en el mundo radiofónico cuando escuché por primera vez la voz Mercedes Naranjo Márquez, una escultora sevillana nacida en el barrio de la Macarena que explicaba que era arteterapeuta y además trabajaba la igualdad a través de sus obras.
Un tema del que nunca había oído hablar y que me fascinaban. Arte y mujeres. Dos materias con las que me sentía comprometida e interesada. ¿Qué podía salir mal?
Resultó ser que la arteterapia es una herramienta que permite, a través la creación artística, facilitar la expresión, la resolución de emociones y conflictos emocionales. Para Mercedes, como arteterapeuta, utilizar las técnicas del arte como vía de comunicación es el papel que desarrolla y la función que aplica en sus sesiones.
Además, la andaluza inició su actividad artística a temprana edad de la mano de la ceramista y escultora japonesa Yoko Akabane, formación que posteriormente sería continuada en la Escuela de Arte y Oficios de Sevilla en disciplinas como la propia cerámica, el fundido y el arte aplicado a la piedra. Tras ser seleccionada en los programas Leonardo Da Vinci y Picasso, vivió en Florencia (Italia), donde continuó su formación como escultora de la mano de los artísticas Giorgio Buttini y Giorgi Mattioli, participando en la academia La Botegga.
Toda esa sensibilidad y perfección de la técnica la vuelca a su regreso a España, donde empieza su actividad artística a través de una fuerte vinculación con la mujer y la igualdad como elemento nuclear de su trabajo, vinculado de manera directa al arte contemporáneo como modo de expresión.
Tras varias exposiciones, muestras, artículos y docencia como profesora del Máster de Técnicas Artísticas y Arteterapia de la Universidad de Huelva, llegan los merecidos reconocimientos, como el que recibió en Antigua (Guatemala) por su defensa contra los feminicidios dentro de la Plataforma de Mujeres Artistas Contra la Violencia de Género o el Premios Onda Cero Castilla La Mancha a su trayectoria.
Ajetreado, valioso, admirable son los términos que pueden venirse a la mente de cualquiera, pero todo tiene un por qué y desembocan en algo más, quizá a día de hoy podemos decir que ese algo que mantiene ocupada a la escultora se llama “Mujeres y espacios” una obra que ha sorprendido y está a punto de lanzarse al mundo entero. Una obra que la hará volar una vez más.
Mercedes, ¿cómo decides adentrarte en el mundo del arte y descubres tu pasión por la escultura? “Desde muy niña descubrí la oportunidad que tenía de expresar a través del barro, fue a través de una amiga de la familia Maite Bernal quien descubrió esa faceta en mí y me impulso a adentrarme en el mundo artístico a través de la que sería mi primera maestra la japonesa Yoko Akabane en su taller en la Alameda de Sevilla. Tenía 10 años y ya soñada con dar vida a la piedra y al barro, esa era mi pasión. Ahí comenzó mi camino en el arte que luego me llevaría a formarme con diferentes artistas en Florencia o Sevilla o en la escuela de artes y oficios aplicadas de Sevilla”.
¿A raíz de qué nace tu colección “Mujeres y espacios”, cuál fue tu inspiración y motivación? “Desde muy pequeña observe en la cotidianidad y la cercanía de mi entorno la desigualdad y la violencia de género. Algo que con el paso de los años me llevo a ser una activista en la defensa de la igualdad como concepto fundamental sobre el que toda sociedad debe pivotar su desarrollo. Ello, me llevo a formar parte de organizaciones como la plataforma de mujeres artistas contra la violencia de género para denunciar los feminicidios. Hoy, cuando el asesinato de mujeres en España supera en víctimas a las de ETA, cuando en el mundo la desigualdad de la mujer es una lucha que está lejos de ganarse o cuando observo que en la juventud se ve como algo cotidiano elementos como los micromachismos, la violencia de control o la desigualdad, la creación de esta colección nace como respuesta ante estas situaciones, como respuesta a través del arte como herramienta de denuncia, prevención y educación con el deseo de construir una sociedad más justa, libre e igual”.
¿Cuál es tu rutina a la hora de crear? “Toda obra parte de la idea, y la idea va al boceto, es a partir de este elemento inicial sobre el que se medita o se construye la obra, algo que me puede llevar un día o semanas. Pero cuando las musas llegan la obra toma forma y nace”.
“Un artista, es un contador de historias que vive el contexto social, económico y político y a través de la fuerza del arte como herramienta puede llegar a transformar su entorno”
Se te caracteriza por trabajar la igualdad a través del arte, un concepto muy interesante, ¿cómo lo consigues y en qué consiste exactamente? “Forma parte de mí, necesito que mi obra sea un elemento vivo que comunique con quien la contempla. Un artista, es un contador de historias que vive el contexto social, económico y político y a través de la fuerza del arte como herramienta puede llegar a transformar su entorno. Es este el legado que quiero dar a mis hijas Carlota, y Ainhoa que vendrá al mundo en breve. El arte y el artista no puede vivir de espaldas a su realidad , debe ser parte activa de la misma a mi juicio, y hoy en esa realidad la falta de igualdad es una de las luchas que tenemos por delante y a la que debemos enfrentarnos”.
Es una idea muy atractiva educativamente hablando, ¿puede trabajarse de forma efectiva en los colegios y demás instituciones? “A través del proyecto Igualarte llevo años trabajando en Extremadura y Andalucía de manera directa con centros educativos haciendo del arte una herramienta de reflexión y de acción a través de la cual los jóvenes identifican elementos de misoginia, falsos roles, micromachismos, violencia de control y violencia de género. Es el arte no contemplado desde una óptica académica sino expresiva a través de un proceso de arteterapia el que ayuda a esa expresión de dentro hacía fuera de las personas que participan en los talleres”.
“Mi obra Perjuicios transmite la lucha del hombre para entender que debe ser nuestro aliado en la lucha contra la desigualdad y la violencia de género”
Has hecho público en tus redes sociales que “Mujeres y espacios” viajará a Estados Unidos y por el panorama nacional y europeo, ¿dónde se podrá visitar? “Así es, la obra fue valorada de manera muy positiva por una de las galerías más prestigiosas de New York y estará expuesta durante el próximo año a partir de Julio en la Open Gallery de la zona de Chelsea, epicentro del arte contemporáneo. Este no será el único viaje de la exposición que a lo largo del próximo año; podría llegar en el segundo trimestre del año a París y Londres. De igual forma, tengo actualmente solicitudes de exposición en diferentes ciudades de España como La Laguna, Denia, Badajoz, Puerto Real, San Fernando de Henares, Coslada, Ibiza o Tarragona entre muchos otros”.
¿Hay alguna obra tuya de la que te sientas especialmente orgullosa? “Sí. Perjuicios y la Celda, la primera por transmitir la lucha del hombre para entender que debe ser nuestro aliado en la lucha contra la desigualdad y la violencia de género, liberándose de sus perjuicios sobre el propio concepto de feminismo, entendiendo que este es un movimiento que defiende la igualdad como principio relacional entre diferentes pero iguales, entre hombres y mujeres. Máxime ahora cuando sobre el feminismo se han generado campañas de descalificación permanentes.
La segunda ,la Celda por ser una obra que viene a transmitir la soledad y el miedo de miles de mujeres que sufren en todo el mundo la violencia de género y la falta de libertad en una celda generada por su propio entorno y por sociedades patriarcales o machistas que les condenan en vida”.
¿Es complicada la vida de una escultora a nivel profesional, consideras que es una profesión que se valora como se merece? “Cuando se consigue llevar a cabo una obra que es valorada y conecta sí existe ese reconocimiento merecido. Si bien, el mayor enemigo del artista es uno mismo y la permanente crítica hacía tu obra”.
¿Tienes algún artista fetiche, algún movimiento u obra que te haya marcado como artista? “Cánovas como artista sería para mí un referente por su plasticidad, su carga emocional y su capacidad de comunicar”.
¿Cuáles son tus futuros proyectos? “Mi proyecto futuro es el presente, seguir construyendo, creando e imaginando que otro mundo es posible. No quiero perderme este momento”.
La exposición “Mujeres y espacios” se compone de un total de 7 obras escultóricas en bronce y técnica mixta, sus dimensiones oscilan hasta un máximo de un metro de altura, siendo acompañada la exposición con peanas expositivas. “Las obras que giran en torno a diferentes ideas fuerza sobre que las personas asistentes a la exposición deberán llevar a cabo su reflexión personal e interpretativa complementando mi mensaje desde la interiorización de estas de la propia obra”, explica Naranjo satisfecha y orgullosa.
Ya lo decía la actriz Audrey Hepburn, “vivir es como avanzar por un museo: es luego cuando empiezas a entender lo que has visto”, menos mal que el mundo cuenta con mujeres como Mercedes Naranjo, que no solo se inspiran para crear un planeta más justo e igualitario sino que inspiran a todos los demás para que los construyan aunque pasen una y mil veces por ese museo o esa sala de exposición donde se encuentra “Mujeres y espacios”.
Por: Sofía Ramos
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