Nació en la Ciudad Santa de Tuba, ubicada a 190 kilómetros al este de Dakar, capital de Senegal, en el departamento de Mbecké, y proviene de una familia religiosa. Su dedicación a la protección y educación de los menores y las mujeres, conforman una labor solidaria constante. Especialmente, son las mujeres que viven en poblados en condiciones de verdadera dificultad las que más reciben su apoyo, ya que una de sus prioridades es que se mantenga la institución familiar, siendo consciente de que sin ese apoyo no pueden avanzar.

Es la impulsora de la fundación Mame Diarra, dedicada fundamentalmente al apoyo a mujeres y niños y su gran proyecto es poder estar presente en cada una de las 12 regiones que conforman Senegal. Esta fundación brinda la posibilidad del acceso a la comida a aquellas familias más desfavorecidas, llegando a dar servicio a más de 6000 personas al día. Así mismo, la fundación dispone de un gran centro de acogida en la zona de Punojal, un poblado situado a 200 kilómetros de Dakar y un referente a nivel africano, donde se brinda acogida a niñas pertenecientes a familias sin recursos. Se le brinda educación y formación profesional para que, cuando sean mayores, puedan obtener la ansiada idependencia financiera y puedan apoyar a sus familias.

Por otro lado, ha creado la Asociación Mandiara, una asociación de mujeres senegalesas en el exterior que funciona en casi todo el mundo, con la intención de que no se sientan solas y se apoyen entre ellas, incluso económicamente. En cada país esta asociación cuenta con un mínimo de 50 mujeres y son más de 6000 mujeres en todo el mundo quienes la conforman.

A nivel nacional ha sido reconocida con el premio Mujer Ejemplar, destacando su incesante labor como referente para otras mujeres.

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