Atrévete.

Porque eres valiente.

Porque si no es ahora soñarás con hacerlo el resto de tus mañanas.

Sea lo que sea, atrévete. Salta, sin miedo. Cae al vacío…deja el trabajo, la dieta, a tu marido…atrévete.

Recién está pintado el camino, para que avances firme, con o sin sentido. Atrévete.

Lees aquel mural de tu calle que reza “Que sólo los besos te tapen la boca” y se convierte en tu oración, pidiendo que azules mariposas se lleven tus dudas.

Respira hondo y aprovecha la ráfaga de viento que susurra a tu oído…shhh atrévete….

Se fuerte, empresaria, madre soltera, hija despechada, se libre al fin y al cabo, atrévete…

Inténtalo sóla o con otras, a gritos o en silencio, que ya muy dentro de tí pensaste en atreverte, y que alivio sentiste al sostenerte.

Y ten la certeza de que siempre caerás, pero feliz, porque cualquier salto fuera de un plato de garbanzas rancias es una salvación.

Arranca tu ropa, delantal o corbata y despéinate, porque no estás sola…o sí, pero eres libre, eso sí eres…¿entonces? ATRÉVETE!!!!.

Irene González

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