En la última década las redes sociales han tomado protagonismo en nuestras vidas, tanto así, que nuestros hábitos y costumbres se han visto influenciados de una manera u otra, ya que nos exponemos a un tipo de contenido todos los días, a tal punto que hasta nuestros hábitos alimentarios han cambiado gracias a las tendencias o productos que se ponen de moda.
En redes sociales como Instagram, Facebook, Tik Tok o X (Twitter) estamos acostumbrados a ver fotos o videos de comidas perfectas que se ven deliciosas generando un gran deseo de comer lo mismo. Evidentemente los sentidos del olfato y gusto tienen un poder sobre nosotros, pero es posible que, en la actualidad, la vista nos influya aún más a la hora de comer.
El algoritmo con el que funcionan las redes sociales funciona justamente para mostrarnos más contenido del que ya nos ha gustado una vez o que es compartido por nuestro círculo cercano. Una mayor interacción de nuestra parte con fotografías o videos que muestran alimentos poco saludables, va a producir en consecuencia que el algoritmo aumente nuestra exposición hacia ese contenido. Por lo tanto, puede provocar que nuestra percepción se vea manipulada ante ese tipo de comida que estamos acostumbrados a ver.
INTEGRA ALIMENTOS SANOS
De la misma manera, hay movimientos saludables que también se vuelven virales como: recetas con frutas o vegetales, gastronomías mediterráneas, motivar al consumo local, desayunos fáciles a base de leche o yogurts de origen animal bajos en grasa y azúcares, marcas o productos alimenticios de calidad que dan mejor valor nutricional principal en el mercado. Estos nos ayudan a integrar alimentos y productos que mejoren nuestra alimentación.
No debemos hacer todo lo que vemos en redes, es importante manejar la información que llega a nosotros con responsabilidad.
La salud debe cuidarse desde temprana edad, las redes sociales tienen una concentración mayor de este público, por lo que es esencial que las familias se centren en orientar correctamente a sus jóvenes para evitar conductas alimentarias que sean perjudiciales para su bienestar nutricional y emocional. Por ejemplo
- No excederse a más de 1 hora diaria al utilizar las redes.
- Seguir cuentas que motiven a una vida saludable o influencers que lleven una vida equilibrada.
- Ir a consulta nutricional si desea seguir un consejo o plan de alimentación que vio en alguna red social, ya que dependiendo de la edad, género y enfermedades crónicas debemos seguir dietas diferentes.
Fuente: Mujer