Es estupendo llegar a casa y disfrutar de un descanso y un relax merecido, con la satisfacción de haber superado un día de intenso trabajo. Pero cuántas veces llega la noche y ni siquiera nos hemos acordado de nosotros mismos, llegamos contracturados, estresados, agotados,… y ni siquiera nos hemos dado cuenta.

Hacernos conscientes de nuestra persona hoy día tiene más importancia que nunca, pues con el trajín del día a día es importante recordar pequeñas pautas que nos ayudarán a no sumergirnos en el estrés de la vida cotidiana.

Los beneficios de tenernos en cuenta, son evidentes rápidamente:
• Menos cansancio
• Menos tensiones
• Menos errores
• Mejores relaciones
• Más eficacia

Varias veces al día (al menos dos), podemos hacer una pequeña pausa atendiendo a los siguientes cinco puntos, como los dedos de una mano, nos harán más felices:

1.- Beber líquidos abundantes, sin azúcar. Zumos, agua, infusiones, incluso café aguado, té,… El líquido es muy importante para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, muchos dolores de cabeza, por ejemplo, obedecen a una deshidratación. Con un litro es más que suficiente.
2.- Comer:
• La fruta es imprescindible, hay algunas que son muy fáciles de llevar en el bolso como el plátano, la manzana, la mandarina,… Es un tentempié que nos aporta dinamismo, líquido, vitaminas,…
• Los frutos secos son muy saciantes y todo son ventajas (10 o 12 almendras; 4 o 5 nueces; un puñadito de pistachos y para los más golosos con 3 dátiles o 3 higos pasados o unas pasas) permiten mantener la lucidez sin cansancio por hipoglucemia. Lo contrario ocurre si tomamos bollería, azúcares y demasiados estimulantes.
3.- Postura corporal y estiramientos. Incluso hay ejercicios para hacer desde la silla de la oficina, para las personas que están de pie y aquí es obligatorio recordar el cuello y los ojos. La mala postura en el cuello produce falta de riego cerebral y por tanto, déficit de concentración y cansancio. La tensión ocular se traduce en tensión en el resto del cuerpo incluso en malestar general. Es bueno tomar conciencia de esto y aprovechar estas pausas para mirar a lo lejos.
4.- Sonreír. Una cara relajada es una cara ligeramente sonriente, cuando estamos muy serios estamos en tensión. En esta pausa que te propongo, aprovecha para sonreír. Puedes hacerlo mientras te lavas las manos, mientras te comes la fruta, mientras estiras el cuello,… cualquier momento es bueno para sonreírte.
5.- Respirar. Haz una respiración bien profunda y piensa cuándo fue la última vez que la hiciste. El oxígeno es el primer alimento y el más imprescindible de nuestra vida. Respira hondo, siempre que te acuerdes y te sentirás con mucha más energía. Imagina que el aire que respiras llega hasta la última célula de tu cuerpo.

Estos cinco puntos que te he propuesto, te van a facilitar vivir día a día con más paz y con la claridad suficiente como para disfrutar del instante presente con alegría.

Dra. Pilar Casaseca Gonzalez
Médico General y Homeópata

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