Paloma San Basilio: «No me gusta competir con la gente, en todo caso, me gusta competir conmigo misma»

 

La camaleónica artista madrileña visita Tenerife para meterse en la piel de Norma Desmond, el personaje protagonista del prestigioso musical «Sunset Boulevard» que podremos disfrutar del 27 de diciembre al 4 de enero en el Auditorio de Tenerife. Amante de su profesión, confiesa haber tenido que sacrificar tiempo de su vida personal para poder ganarse la vida con ello. Fiel a su integridad y consciente del terreno por el que pisa con garbo, Paloma San Basilio es todo un ejemplo de superación, de independencia, de profesionalidad impecable y de pasión fulgurante.

 

Sin lugar a dudas, es usted un referente mundial dentro del mundo del arte. ¿Por qué lo eligió para dedicarse a ello y no se fue por otros derroteros? «Para mí fue algo natural. No fui hacia él, el arte vino hacia mí. Fui una niña muy atípica, me gustaba crear cosas, siempre tenía ropa guardada para cuando viniesen visitas hacerles el «numerito» después de comer. Siempre supe que no era una niña «normal». En mi casa lo llevaron con mucha naturalidad, era un hogar en el cual había mucha tolerancia, generosidad y mucha comunicación entre padres e hijos. Tuve una familia maravillosa que jamás me juzgó por ser una niña un poco distinta. Realmente empecé en este mundo porque tuve que comenzar a trabajar y ahí fue donde encontré mi primer trabajo».

¿Fueron duros sus comienzos, profesionalmente hablando? «La verdad es que no, fue todo muy ilusionante. Ya era mamá, tenía una niña pequeña, con una situación personal difícil y tuve la oportunidad de salir adelante con la música. Cuando firmé mi primer contrato con una compañía discográfica no me lo podía creer. Me parecía todo milagroso e ilusionante. Siempre digo que era como Alicia cuando se metió en el árbol y descubrió todo ese mundo maravilloso».

¿Hubo algo complicado para usted dentro de ese mundo ilusionante? «Entrar en ese juego de competencia. No me gustaba competir con la gente, en todo caso, me gustaba competir conmigo misma. No me gusta que me pongan como a un caballo de carreras. Había que competir, que estar haciendo promoción y muchísimas cosas. Tenía que dejar a mi hija en casa y mi vida familiar se resintió enormemente. Eso es lo más difícil, cuando empiezas a dejarte cosas por el camino».

¿Pudo lograr la conciliación familiar? «Lo intenté, pero no lo conseguí. Mi carrera era muy fuerte, tenía mucha demanda, estaba separada y tenía que sacar a mi hija adelante yo sola. Tuve la gran suerte de tener a mis padres viviendo conmigo, sin ellos no podría haber hecho nada. Fue muy duro, me tenía que ir a hacer giras de 3 meses y cuando regresaba a Madrid tampoco paraba de trabajar. He logrado la conciliación mucho después, es curioso, pero cierto. Cuando mi hija se ha mayor y ha sido madre es cuando yo le he dado todo lo que no le pude dar y, por lo tanto, recuperarla y que sepa que estoy incondicionalmente para ella».

Entonces, ¿es de las que creen que el tren no sólo pasa una vez en la vida? «No. Creo que hay muchos trenes y muchas vías, lo que sucede es que, a veces, nos empecinamos en ir muy deprisa. En ocasiones, hay que tomar distancias y espacios, hacer autoanálisis y saber lo que te está pasando por dentro. A veces, tenemos sensaciones en conflicto que no dejamos que se resuelvan por seguir, sin pararnos a observar qué es lo que está pasando y qué es lo que estamos haciendo mal que no podemos hacer mejor. En ese momento es cuando hay que parar, somos seres humanos».

A las mujeres nos suele costar mucho más encontrar ese espacio vital del que habla. «Sí, es cierto. En nuestro caso, incluso en el mundo laboral en el que estamos tan infravaloradas, tenemos que hacer el triple salto mortal y eso nos deja muchas secuelas como madres, como pareja. Eso te obliga a renunciar a ciertas cosas. Creo que debemos elegir cuáles son nuestras prioridades, de lo contrario, nos arrepentirnos el resto de nuestras vidas».

Hablando de la mujer. ¿En alguna ocasión ha sentido usted ese deleznable acoso sexual del que tanto se está hablando tanto en Hollywood como en nuestro país? «Sinceramente, pienso que eso era algo que estaba en el ambiente de la industria que se asumía. Siempre tuve claro que había gente que me elegía para hacer algún trabajo por mi físico. También es cierto que he intentado que mi físico no fuese lo primordial, que hubiese algo detrás del mismo, mi trabajo y un talento a desarrollar. Nunca he hecho reportajes si no tenía algo que contar, no he querido ser un escaparate viviente. Posiblemente, por la educación que he tenido y por mi manera de ser, he sabido lidiar muy bien con todo eso. Siempre he tenido las cosas muy claras, nunca he sentido ese acoso del que hablas en modo de agresión. Por supuesto que han intentado seducirme, pero eso es una cosa diferente, siempre y cuando sea con respeto y educación, tanto por parte de un hombre como de una mujer, pero es cierto que siempre ha habido mucho machismo».

En pleno siglo XXI, en el mundo por el cual transita. ¿Continúa habiendo machismo? «Me da la sensación de que, en el medio en el que yo me muevo, no tanto porque hay gente que tiende a ir bastante por libre. Yo he hecho mi carrera a mi manera, sin depender tanto de los demás. Cuando he tenido que hacer una gira la he hecho, he decidido mi carrera por mí misma. Dicho esto, es cierto que hay mucha gente que está empezando y se encuentran con ello».

Hay discriminación por sexo. ¿Y por edad? «Sí, por supuesto. Es muy difícil que salga una cantante que tenga, por ejemplo, cuarenta y tantos años. Estamos hablando siempre de sexo pero hay que hablar también de edad. Es muy difícil, salvo en gloriosas excepciones, que salga una actriz que tenga una edad madura, en cambio, en el caso de los hombres, sí pueden tener una larga vida como galanes, incluso peinando canas. El mundo sigue siendo bastante machista en general. De hecho los videoclips de muchas cantantes responden a patrones machistas. Habría que preguntarles si quieren hacer estos vidioclips porque son libres como mujeres o porque quieren seducir a los hombres a través de ese canal. Probablemente sea una elección que responde a un mercado machista».

¿Cómo cree que se puede erradicar el machismo? «Fundamentalmente, con educación. Hay que educar en la igualdad, en el respeto, en manejar las redes sociales con tiento, hay que concienciar en que no toda la información que te llega es válida, tienes que ser el dueño de tu propio mundo y no dejar ese poder en manos de Instagram o de Facebook, esas redes que están intentando definir como necesidad; tu necesidad eres tú, no la tiene que crear tu entorno. Así es como se conseguirá que una mujer tenga derecho a ser lo que quiera y lo que su talento y su trabajo le permitan ser hasta cualquier etapa de su vida. Todo es cuestión de educación y las primeras que tenemos que tener claro ese concepto somos las mujeres, tenemos que dejar claras las pautas desde el principio y no dejarnos seducir por «cantos de sirena».

¿Porqué decidió escribir su biografía siendo aún tan joven? «Cuando la escribí tenía una necesidad de reconocerme. Fue un relato vital más que una biografía. Después escribí un libro de narraciones, «El Océano de la memoria», y me encantó hacerlo. Me gusta mucho escribir, lo que pasa es que tengo que escribir las cosas como me vienen. Para mí, escribir es mantener un diálogo conmigo misma».

Posee una extensa carrera profesional. Cantante, actriz, pintora y escritora. Todos los cantantes tienen algo de actores. ¿Qué diferencia hay entre ser actriz durante un concierto a serlo en un musical? «La diferencia fundamental es que, en el musical, tienes mucho más tiempo para desarrollar tu personaje. En un musical tienes 2 horas para desarrollarlo, y eso es maravilloso. La interacción también me encanta, alguien a quién poder dar una réplica, esa «cuarta pared» me fascina, te hace crear un mundo que parece propio y que te transporta a esa sensación que te hace flotar como si estuvieses en una burbuja».

 

Fotografía: Rubén De Cándido para @MásMediaGroup

 

Hablemos de «Sunset Boulevard». En esta obra interpreta a Norma Desmond. ¿Cuándo termina el ensayo deja a su personaje en el Auditorio de Tenerife o, por el contrario, convive con él? «El personaje suele invadir bastante. De repente aparece una frase que dice el personaje y la repito como una especie de «late motiv» en las conversaciones. Intento entender al personaje porque es muy fuerte y al final de los ensayos me deja emocionalmente muy tocada. La última parte de Norma Desmond es muy dura. No sé mecanizar al personaje, tengo que sentirlo y eso me hace terminar llorando en todas las funciones».

¿Es cierto que tras “Sunset Boulevard” se va a retirar del teatro musical? «Sí, porque después de interpretar a Norma Desmond no contemplo qué más puedo hacer dentro de este ramo».

¿Por qué nadie debe perderse la puesta en escena de este musical en el Auditorio de Tenerife? «Porque es algo único. Es mucho más que un musical y que una obra de teatro. Es un acontecimiento artístico que la gente no se puede perder; primero, porque no sabemos cuándo vamos a repetirlo y, segundo, porque es uno de los acontecimientos, dentro del teatro musical, más importantes que he visto en mucho tiempo».

 

Por Ale Hernández.

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