Laura María Escuela: “El Arte no te paga las facturas ni te llena la nevera»
Charlar con Laura María Escuela conforma un cóctel de ingredientes variopintos y, a la par, sabrosos. Laura María pertenece a esa casta de actrices guerreras que anteponen su vocación a caer en la zona de confort.
Conocedora de las piedras que las actrices tienen que sortear por el rudo camino del Arte, se pone el mundo por montera y apuesta por el «Rock and Roll» del Teatro con la vocación acérrima de una especie de Juana de Arco dispuesta a morir con las botas puestas.
¿Quién es Laura María Escuela? Laura María Escuela es logopeda y maestra y, en sus momentos libres, se dedica a desarrollar su carrera de actriz en ciernes. No estudió en la academia de actores, pero comienza en las escoltas de teatro de los ayuntamientos. Una serie de acontecimientos en su vida le han llevado a dedicarse al teatro profesional en Canarias. Laura María Escuela es una mujer vital, optimista, que día a día intenta alejar de su vida a la gente negativa y que detesta la envidia y la maldad gratuita. En definitiva, soy una persona que siempre intento buscar la forma de la risa y que no paso desapercibida entre mi grupo de amigos.
¿Se puede vivir del teatro en Canarias? No, no se puede. Son muy pocos los elegidos para ello. El arte no te paga las facturas ni te llena la nevera, el arte supone una gran satisfacción personal y sirve para ir tapando algunos huequitos. Lo que tengo claro es que quiero terminar mis días haciendo teatro.
¿Una actriz nace o se hace? En mi caso diría que ya venía con una»semilla». El tiempo ha hecho que vaya creciendo y que se vaya formando. Pisé por primera vez un escenario con 5 años y hoy, a mis 40 años, he llegado a pisar escenarios tan importantes como lo es, por ejemplo, el Teatro Leal en La Laguna. Para la actuación se debe tener esa pequeña vocación y, a partir de ahí, se crea y se fomenta la actriz o el actor.
Su personaje más conocido es el de la profesora Rosalba Scholasticus. ¿Qué tiene Rosalba de Laura María y qué tiene Laura María de Rosalba? Somos una simbiosis. Rosalba y yo somos un liquen, nos compenetrados mutuamente. De Rosalba tengo, en ocasiones, ese sarcasmo, ese punto ácido de ironía y ese empuje para decir las cosas a la cara. Rosalba es ese pitorro de olla a presión por el cual le sale toda esa verdad que lleva dentro y que necesita expresar de una manera más pura. Rosalba es mi alter ego.
Como actriz canaria, ¿se siente apoyada por los organismos gubernamentales pertinentes? Están saliendo ayudas y se nota el resurgir de esa bancada de ayudas, también hay que decir que cada vez hay más actores y actrices. Lo que me gustaría es ser profeta en mi tierra. Me gustaría que se me reconociera por un trabajo bien hecho.
Dentro del mundo de las artes escénicas, ¿ha sufrido algún episodio machista? He sufrido algún micro machismo que, con la edad y con la experiencia, los vas captando y reconociendo como tales.
¿Cuál sería el papel de su vida? El papel de mi vida sería aquel que, cuando el público saliese del teatro o del cine, nunca se olvidase de mi personaje. Algo que cree conciencia, que remueva, que haga reír, que haga llorar y que reviente las entrañas de sentimiento. Me gusta desfallecer sobre el escenario, soy muy «drama Queen».
¿Se suele llevar al personaje a casa? Sí, va conmigo, es como si fuese una alienación, como una especie de posesión. Tengo que hacer algo así como un exorcismo para sacar al personaje que me haya tocado interpretar de mi interior.
¿Cuál es su sueño más recurrente como actriz? Me gustaría obtener el reconocimiento a mi trabajo de parte del público canario.
Por: Ale Hernández