Deborah Barroso: Cuando mejor escribo es cuando peor estoy sentimentalmente

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Deborah Barroso: Cuando mejor escribo es cuando peor estoy sentimentalmente

 

Deborah Barroso, estudiante de segundo de Periodismo en la Universidad de La Laguna, es una escritora en crecimiento. Es amante tanto de las letras como de la fotografía. Poco a poco, se abre camino en el mundo literario a través de sus redes sociales.

 

Deborah Barroso es una estudiante de 19 años que cursa segundo de Periodismo en la Universidad de La Laguna. Es de origen palmero, aunque se considera tinerfeña ya que desde muy pequeña no ha dejado de visitar la isla. Con el paso del tiempo, ha desarrollado un amor enorme hacia las letras y la fotografía. Por ello, escribe en sus ratos libres. La artista se ha dado a conocer mediante sus redes sociales, puesto que continuamente publica textos propios, normalmente en verso, y algunas fotos en sus cuentas de InstagramTwitter. Igualmente, expone sus relatos más extensos en su blog. Compagina sus estudios con su hobby más preciado y, además, tiene varios proyectos secretos entre manos.

¿Cómo empezaste en el mundo de la literatura? “Realmente empecé a los cuatro o cinco años a describir un poco lo que veía, usaba las nuevas palabras que aprendía y poco más. Pero, realmente, cuando me di cuenta de que podía, quizás no dedicarme profesionalmente, pero sí centrarme un poco más en lo que era la literatura, fue cuando ya estaba en la E.S.O. con once años aproximadamente. Una profesora me impulsó a participar en un concurso, le hice caso y gané».

Te impresionó imagino …«Claro. Participaba todo el instituto y quedé yo, que estaba en primero. Me sentía cómoda cuando escribía. Me gustaba mezclar una palabra con la otra y ver qué salía y también usar comparaciones, metáforas y demás recursos cuando los descubrí. Empecé a partir de ahí gracias a esa profesora. Desde ese momento, ha habido muchos alicientes, muchas cosas que me han ayudado a seguir y espero no parar nunca”.

 

«La luna también es una obsesión»

 

En general, ¿a la hora de relatar en qué te inspiras? “Tengo temas y momentos. Suelo centrarme en esa parte que a lo mejor no apreciamos en el día a día porque vivimos en un corre corre. Tal vez me asomo a la ventana de mi cuarto, veo un atardecer y escribo sobre eso o intento buscarle un significado más allá al por qué esos colores. Intento filosofar un poco y transmitirlo, en este caso, en la poesía que es lo que más escribo. La luna también es una obsesión. Es como un referente, aunque no sé muy bien el porqué. Cuando estoy mal, miro a la luna, me viene algo, escribo y me relajo».

Y luego están los momentos…«Sí. Como detalle o anécdota, creo que cuando mejor escribo es cuando peor estoy sentimentalmente, que eso si no se sabe gestionar, es complicado. Pero, aunque suene contradictorio, me viene bien porque a lo mejor estoy triste por algo y digamos que me fluyen más las cosas, lo cual me motiva. Necesito trasmitirlo de alguna manera y a lo mejor en una conversación no lo consigo. Entonces, hago uso de la literatura y de las figuras retóricas y escribo mejor. Luego, está el caso contrario, es decir, cuando estoy eufórica porque me ha pasado algo muy positivo y escribo en base a eso. Son dos polos opuestos”.

 

«Percibir la belleza de las pequeñas cosas»

 

¿Cómo describirías tus obras? “Raras. Hay algunas que son sobre la naturaleza, muy sensibles. Lo que pretendo suele ser que la gente reflexione, se pare un instante, piense y, sobre todo, sienta. Percibir la belleza de las pequeñas cosas y los sentimientos que muchas veces no nos atrevemos a sacar es la clave. Rellenar esos pequeños vacíos que nos quedan, por lo que comentaba antes, el agobio, el estrés, el ritmo tan ajetreado, etc., hay que parar un momento para darnos cuenta de que hay más cosas. Busco endulzar un poco, de alguna manera, el día a día. Aunque es verdad que hay piezas que son un poco tristes, pero te ayudan a reflexionar. Es todo un poco y nada a la vez”.

Actualmente estás estudiando Ciencias de la Comunicación, ¿cómo te decantaste por esta carrera? “Fue vocacional. Me gustaban tanto las ciencias como las letras y llegó un momento en el que tenía que decidir qué estudiar. Tenía dos opciones: Astrofísica o Periodismo, súper similares, ja, ja, ja. Por ello, me planteé lo siguiente: en Astrofísica, vamos a suponer que me saco la carrera, llego a trabajar en el astrofísico y me pongo a analizar un agujero negro. Puede que llegue el día en el que me muera y no haya descubierto nada, que me haya pasado toda la vida haciendo unos estudios increíbles para nada, entre comillas. La otra alternativa era aprender todos los días algo nuevo y avanzar como persona. Crecer no solo físicamente, sino, también, por dentro'».

Por ello, Periodismo…«Exacto. Lo último me llamaba más, el tema de estar constantemente renovando el conocimiento. Creo que, en este caso, la profesión de periodista se adapta mejor y me permite seguir fomentando mi escritura porque son estilos diferentes. Voy aprendiendo de una cosa y de la otra. Igualmente, ha llegado el punto extremo de estar escribiendo literatura y no repetir palabras como en los artículos para el periódico. Pero fue eso, vocacional. Me siento a gusto en la carrera y se puede solapar una cosa con la otra, más o menos”.

 

«He ido picoteando de todos un poco»

 

¿Tienes algún autor de referencia? “Sí, sobre todo en narrativa. Para mí Dan Brown, el autor del Código Da Vinci, es increíble. Sus libros son bastante amplios, sin dibujos, pero que enganchan. No sé si a todos los que lo han leído les ha pasa lo mismo, pero en mí caso, que me los he leído casi todos, puedo sentarme hoy y dentro de una semana ya querer el siguiente. Dejo de dormir o comer porque realmente atrapan. Eso es lo que yo quiero conseguir. A medida que voy creciendo, pretendo aferrar al lector, que se quiera quedar en la historia, saber cómo se desarrolla, cómo concluye y que, incluso después de terminar, desee volver a empezar porque le gustó».

¿Y en poesía? «He ido picoteando de todos un poco. Tampoco puedo destacar a uno porque todos han sido cruciales en mi formación. Ahora, por ejemplo, estoy con Shakespeare. Me estoy leyendo sonetos de él y es asombroso”.

 

«Hay situaciones muy complicadas»

 

¿Qué consideras qué es lo mejor y lo peor de escribir? “Lo peor es la frustración al tener un folio delante y que no te salga nada. Quizás hoy tenga ganas de escribir y llego al escritorio, me pongo el folio delante o la libreta, cojo el bolígrafo ya que suelo escribir más a mano que a ordenador y digo: ‘Vale, y ¿sobre qué?’. Puedo estar tres horas sentada y pensar solo en qué bonito es el folio».

… Algo por lo que todos pasan tarde o temprano. «Correcto. Es el momento de decir ‘pero, ¿por qué no me sale?’. Y a lo mejor no es un día, puede ser un mes o dos de bloqueo. Incluso llegas a plantearte que puede que no valgas para esto y te da una bajona profesional. Luego, dices: ‘No, espérate. Esto me gusta, tengo que trabajar para mejorar esa chispa’ . Es duro, hay situaciones muy complicadas. Y lo mejor obviamente es escribir, que te empiecen a fluir las cosas y luego leerlo y decir ‘¿pero esto lo escribí yo?’ . Hay trabajos que cuando los vuelvo a leer, me pregunto cuándo los escribí”.

Eternidad, el fragmento sublime

 

Entre tus creaciones destacas Eternidad, ¿que hay detrás de ella? “La publiqué justo al día siguiente de que un familiar muy cercano dijera adiós. Es una de las mejores obras, no por el contexto sino por el contenido. Es mi manera de no solo homenajearle, sino de darle las gracias por haber estado tanto tiempo en mi vida, por haberse acordado de mí hasta el último momento. Recuerdo una mirada que me dirigió en el hospital y me emociona porque, verdaderamente, no estaba siendo consciente de nada, pero me miró a mí y me quedo con eso. Fue rápido, totalmente inesperado y me marcó. He perdido a muchos familiares en los últimos cuatro años, pero esto fue distinto».

¿Qué caracteriza al texto? «Eternidad va cargado de sentimientos. Puede que quien lo lea, si no sabe el suceso que hay detrás, piense que es una historia más. Pero, personalmente, fue la que más me costó terminar porque aunque he llorado escribiendo cosas, nunca había sido como con este caso. Y por el valor sentimental que tiene, evidentemente, también es importante».

Te dedicas tanto a la poesía como a la narrativa, ¿qué prefieres? “Cuando comencé de manera más seria era narrativa. Todos los días escribía algo. De hecho, tengo un libro acabado, pero que no voy a publicar nunca. Es solo anecdótico porque hablo de unicornios. Más adelante, me di cuenta de que sin querer me salían rimas. A día de hoy, me cuesta horrores la narrativa porque siempre me acaba saliendo lírica. Hago un párrafo de diez líneas y me aparecen rimas por todas partes. Lo intento y si lo fuerzo sale, pero, por ahora, prefiero dar rienda suelta a lo que me venga. No siempre es poesía, sino más bien poemas. Para mí, la diferencia es que la primera tiene más rimas y el poema no necesariamente. Suelo escribir más en verso que en prosa, no sé hasta cuándo me durará. No obstante, intento intercalarlos. Procuro obligarme para no olvidar del todo la otra modalidad”.

Acabas de comentar que tienes un libro que no saldrá a la luz. A pesar de ello ,¿esperas publicar algo en físico? “Sí, tengo varios proyectos. Uno es de narrativa y otro de poesía. Es verdad que no tengo mucho tiempo para ponerme a ello todo los días, pero estoy trabajando en eso. Mi intención si no se llega a publicar, es hacer algo de mayor calidad, que se salga un poco de mis perfiles en las redes sociales o del blog. Espero que guste y que transmita mensajes sociales de esperanza o de ‘buen rollo’ porque creo que ahora mismo está todo un poco violento, agresivo y no me gusta nada”.

Intentas cambiar el mundo…“Sí, aportar mi granito de arena para modificar las cosas porque no me parecen que estén yendo en la dirección adecuada, básicamente”.

 

«Una de las claves es no obligarte, pero sí forzarte un poco»

 

¿Cuánto le sueles dedicar a escribir? “Ahora mismo con las clases me cuesta dedicarme dos horas a escribir al día, por ejemplo. Luego, hay días que no aguanto más. A lo mejor llevo una semana sin escribir y me salen letras por las orejas. Entonces, tengo que sentarme y dedicarle la tarde. Tal vez, estoy desde que llego a casa al mediodía hasta la una y media o dos de la mañana sin problema porque lo disfruto. Me transporto a otro lugar , se me va la hora, las responsabilidades».

¿Y cuándo tienes tiempo libre? «Cuando tengo más tiempo libre suelo dedicarle cada día, mínimo, una hora. A partir de ahí depende, si estoy más inspirada aprovecho. Si no, salgo, cojo un poco el aire y vuelvo. Fluyen las cosas de otra manera. Es una de las claves, no obligarte, pero sí forzarte un poco”.

Pregunta difícil, ¿qué significa para ti la literatura o el arte? “Literatura y arte para mí son lo mismo, van de la mano. Aunque suene muy típico, lo es todo. Es decir, no puedo calificarlo con una sola palabra porque es como una forma de vida. Es el hecho de mandar un simple WhatsApp y que te surja una metáfora sola. Va dentro, es como la sangre que corre por mis venas, es como el oxígeno gracias al cual vivo. Es esa magia que hay por ahí. Seguir mi día a día, levantarme por las mañanas con ilusión, irme a dormir con un sueño, despertar con un propósito…. Es el refuerzo de estilo de vida, o de la vida en general. Lo es todo”.

 

«Es una aventura increíble»

 

Por último, ¿qué le recomendarías a alguien que se quiere adentrar en este mundillo? “Primero le diría que es necesario trabajar mucho. Tengo contacto con otros artistas y siempre el consejo que dan es ‘lee todo lo que puedas y más’. Es una aventura increíble que, desde mi punto de vista, te cambia la vida. Es como un apoyo que antes no tenías, es decir, está tu familia, tus amigos, estará todo lo que quieras, y esto que es un pedestal muy sólido que nunca te falla, aunque te frustres delante del folio. Y que adelante, sobre todo que no se rinda».

Es un espacio lleno de competencia… «Sin duda. Por experiencia sé que van a haber personas que te van a poner la zancadilla una y otra vez, te van a poner piedras que no son precisamente pequeñas, pero no puedes parar si es lo que te gusta. Si es un pasatiempo pues bueno, pero si te quieres dedicar a ello, por muchos comentarios negativos que te hagan, no puedes darles la razón. No, no la tienen. Puedes pasar un periodo de crisis, como quien dice, pero no van a poder contigo si es lo que precisamente quieres”.

 

Por: Laura Martín

 

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