Si sueles utilizar rubor, no creas que lo sabes todo al respecto, existen tres actos que son necesarios saber para lograr que tu maquillaje sea perfecto y evitar que tus mejillas se vean demasiado rosadas y artificiales.

No debes aspirar ni inflar tus mejillas. El rubor debe imitar el color natural de tu piel y verse lo más parecido posible a tu cutis. Si inflas o hundes tus mejillas y luego te aplicas el rubor, solo conseguirás que cuando tengas tu cara en posición normal, esta se torne extrañamente roja.

Utiliza siempre un pincel suave. Evita usar brochas muy duras, pues no solo harán que tu rubor se vea artificial, sino que es probable que el maquillaje no se esparza por la piel como es debido y tus mejillas queden rayadas…si, rayadas y por lo tanto muy desagradables de ver. En el caso de que no tengas una brocha suave a mano, utiliza la yema de tu dedo en forma suave, o también un poco de algodón. Recuerda que la parte más oscura deberá permanecer en el centro de las mejillas y deberás difuminar el resto del maquillaje hacia los lados hasta fundirlo con tu tono de piel.

Y evita en todo momento las mezclas. Luego de aplicar el rubor en tus mejillas, quita el polvo sobrante del pincel con la ayuda de una toalla de papel. Una vez que la brocha está limpia, quita el sobrante de tus mejillas esparciendo el polvo hacia las sienes y la mandíbula con un movimiento circular hasta que el color se desvanezca.

Prueba estos consejos y verás como el maquillaje de tus mejillas resultará mas natural.

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