Se habla mucho de sentimiento navideño, aunque no tanto del significado personal de la Navidad, más allá del religioso o tradicional, del más universal. Un significado que ni siquiera es único para una misma persona a través de los años, ya que cambia con sus circunstancias. Por eso, al llegar estas fechas, a muchos nos produce cierto cansancio el cliché navideño de buen rollo, familia feliz, regalos y consumismo, aunque llegado el momento nos dejemos llevar por su vorágine, incapaces de escapar de su influjo.

Este año te animo a escucharte y a dotar de significado a tu Navidad, porque como dijo Richard Bach: «Siempre gozarás de libertad para cambiar de idea y elegir otro futuro, u otro pasado». Una frase que me encanta, porque alude a la libertad de elegir bajo cualquier circunstancia y actúa incluso sobre el pasado, ¡es mágica! Así que te animo a reinterpretar la Navidad a tu favor y a elegir a priori el sentido que quieres darle, antes de que te lleve la corriente…

¿No te apetece celebrarla? Pues plantéate cómo esquivarla y actúa ya, porque no es fácil… ¿Te puedes permitir una escapada? Elige el lugar y si quieres obviarla del todo, un destino que te lo permita, que no tiene por que ser muy lejano. Tú sabes lo mejor para ti y los tuyos, ¿un lugar aislado del consumismo o de la Navidad? ¿Una Navidad diferente? ¿Alguna casa rural aislada? ¿Alguna actividad que os permita abstraeros: viajar, leer, meditar, escribir, caminar, una experiencia diferente…?

¿Te apetece celebrarla, pero no puedes gastar mucho? Piensa en lo que más disfrutas de la Navidad y en lo que no te gusta, quédate con lo mejor y con el mínimo gasto que puedas. Comparte tus deseos con los tuyos y elegid lo que más os ilusiona compartir, sin necesidad de apuntaros a la fiebre consumista al completo.

¿Te gustan las Navidades tradicionales, pero son emocionalmente difíciles? ¿Demasiadas ausencias? ¿Obligaciones familiares complicadas? Piensa en lo más importante para vuestra tradición y en lo que más os une: ¿lo religioso? ¿Las comidas familiares? ¿Los villancicos? ¿Los regalos? ¿Los amigos? Simplifícalas y elige lo que os aporte significado, sin querer abarcarlo todo. Busca el mejor lugar para los ausentes: un gesto, una foto, una frase o quizá simplemente vuestro corazón.

¿Te entristece saber de alguien que no tiene con quién celebrarlo? ¿Puedes incorporarlo a tus planes? ¿Proponerle u organizar algo? Quizá para esa persona no sea importante estar acompañada y también tiene derecho a elegir, pero si esa persona quiere y tú puedes, ¿qué tal si la integras a tu significado desde ya?

Párate a pensar cómo quieres vivir tu Navidad al margen de reclamos publicitarios o estereotipos y decidas lo que decidas, evita situaciones complicadas, disfruta a tu manera y sobre todo ¡elige sentirte feliz! Como solo tú sabes…

¡Feliz Navidad 2016! PAZ Y AMOR.

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